La Vera Cruz volvió a lucir los ojos más bonitos de Mérida
Crónica del Jueves Santo 2022. Vera Cruz
Redacción: Celia Lafuente López
Fotografías: María Bermejo Casablanca
La Antigua brillaba con luz propia y es que la Señora de los ojos de verde, de nuevo, se reencontraría con su barriada.
Un sol de justicia. La Antigua brillaba con luz propia y es que la Señora de los ojos de verde, de nuevo, se reencontraría con su barriada. Y puntual, por la puerta trasera de la Parroquia del Perpetuo Socorro, asomó la Cruz de Guía de la Vera Cruz, arropada por un grupo de pequeños nazarenos que jugueteaban con sus cruces de madera.
Sonó la OJE de Mérida, aparecieron por el barrio para dar aliento, en la salida y hasta el hornito, al impresionante Cristo de la Vera Cruz. Lo mismo hicieron en su recogida, volver para arropar musicalmente a los bellos titulares de esta Hermandad.
Cuanto el Señor de la Sindicales asomó por la puerta, afloraron las lágrimas en algunos de los allí presente. Con un exorno florar sencillo y con mucho gusto, un monte de brezo y a sus pies rosas rojas. La plata del impresionante trono, destalla con la luz del sol. Pero lo más impresionante es su mirada al cielo. La mirada de un último suspiro, pues hasta de lejos se puede escuchar como sale de su boca: “Señor, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Acompañada por un par de acólitos y sus correspondientes madrinas, llegó el turno de la bella Nazaret. Con sus primeros andares se planta frente al barrio para deslumbrar con sus ojos verdes, los ojos verdes de Mérida y este año estrenando parihuela y un impresionante techo de palio de encaje, que deja entrar, – a esta hora de la tarde -, la luz del sol.
Con una puntualidad exquisita, pues la Vera Cruz en este 2022 va marcando el paso la tarde/noche del jueves santo en Mérida, llega a un Hornito abarrotado, y entre aplausos, la Franciscana Hermandad avanza por la Avda. De Extremadura, hacia un nuevo discurrir por el majestuoso Arco de Trajano.
Mario Hernández fue el encargado de hacer la levantá del palio en las puertas de Santa María, así se lo pidió Mora, el capataz: “Al emeritense que más quiere a la Señora de los ojos verdes” y la hermandad continuó su catequesis plástica por carrera oficial para emprender el camino de vuelta.
El barrio siempre espera y una vez que llegan los titulares, revirá tras revirá por las calles de la antigua, se respira el precioso ambiente de Jueves Santo en La Antigua. Es el momento de lucirse, están en casa, rodeados de su gente. El entorno de la parroquia es un hervidero y la calle Yucatán, vive, de nuevo, el encuentro entre madre e hijo. Nazaret se pone a los pies de su hijo y los costaleros de la Vera Cruz levantan el paso al cielo, haciendo que parezca aún más grande de lo que es. Se mecen y encaran su recta final entre aplausos y lágrimas de quienes esperan la entrada.
El palio avanza mientras escuchamos cantar “Dios te salve María, llena eres de gracia” y la Vera Cruz pone fin a su estación de penitencia, con un exquisito discurrir por las calles de Mérida. Una vez dentro, se escucha una voz: “Adiós, madre mía. Hasta el año que viene”.
Galería de Imágenes: María Bermejo Casablanca.
Videos: Manuel Molina Bolaños.
Videos: María Bermejo Casablanca.