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Y llovió otra vez…La Infantil provoca una tormenta de emociones en un Lunes Santo único

Crónica del Lunes Santo 2023. Infantiles

Redacción: Paco Vadillo Solís

Fotografías: Marco A. Sánchez Nova, Luis Zama Álvarez, Manuel Molina Bolaños y José Luis Moreno Palmerín

“Mérida está abarrotada. Los visitantes y los emeritenses acompañan de forma masiva a la Infantil. ”

Son las siete de la tarde, va a comenzar la eucaristía previa a la salida procesional. Manuela abandona la concatedral serena, en silencio. Ha podido encontrarse con el Santísimo Cristo de las Injurias frente a frente. Él ya en su paso. No es la primera vez que se encuentran, pero hoy, Lunes Santo, no quería faltar a su cita. Manuela es madre, su hijo sufrió daños cerebrales graves tras un accidente. Ella, como muchos familiares de ingresados en Casa Verde, acude a verse las caras con las Injurias para buscar consuelo y ayuda. Sin saberlo, este titular de la Cofradía Infantil, se ha convertido en el refugio de quienes sufren físicamente alguna enfermedad mental y sus familiares. Lo descubrí antes de la procesión, y este hecho hizo que mi percepción hacia la estación de penitencia cambiara completamente.

Si hay quienes acuden al Cristo de las Injurias para encontrarse a sí mismos, para pedirle por su familiar, para buscar respuestas, es porque esta hermandad ofrece algo más que una procesión. Ofrece el abrigo que muchos necesitan cuando pasan por momentos y circunstancias traumáticas. La Infantil y sus titulares van al encuentro con la ciudad de Mérida y su pueblo, pero cientos de personas durante todo el año se encuentran con ellos para aliviar sus desconsuelos.

Qué paradoja más bella que la figura de Blas Molner de finales del siglo XVII, al que le falta la mitad del cuerpo esculpido, sea hoy, en siglo XXI el amparo de aquellos que sufren daños físicos y cerebrales. Si alguien quería buscarle sentido a nuestra semana santa, aquí lo tiene.

Hoy es Lunes de Infantil, día grande. Tras la eucaristía, y con el anhelo de pisar las calles tras la pandemia y la lluvia del pasado año que aguó las ilusiones de las hermanas y hermanos de la cofradía, hoy los nervios son más evidentes. Ya hay lágrimas en los ojos de muchos nazarenos y costaleros por el significado de volver a las calles de Mérida cuatro años después.

Más tensión que nunca entre los miembros de la Junta de Gobierno y diputados de orden. Esta cofradía se toma muy en serio su salida procesional. No quieren que nada falle. Hay mucho trabajo detrás. Muchos meses de preparación. Pero hasta con tensión te esbozan una sonrisa. Hay amor por la cofradía.

La calle es suya. Hoy sólo hay infantiles por Mérida. El centro histórico se llena de encarnados, escarlatas, bermejos, colorados, granates, granas, púrpuras, rubís, carmesís, bermellón, corintos… o cómo queramos ver el rojo de su capa y cubrerostro acompañando a sus tres titulares.

Cientos de nazarenos arropan cada una de las tallas. Primero los más pequeños, que a pesar de que la procesión sea de noche, la hermandad ha conseguido una fuerza de atracción tal, que hasta los más pequeñines quieren formar parte en todos sus momentos.

Sale el Medinaceli. Aplausos. Mi cuerpo en ese momento se encuentra frente al dintel de la concatedral, pero mi cabeza viaja unos metros más allá en ese momento. A la placa que la cofradía descubrió el pasado 11 de diciembre, con motivo de su 75 aniversario, y en recuerdo a Doña Batilde Marín (Doña Bati), que donó la imagen de Jesús de Medinaceli a la Hermandad. Mérida y La Infantil están llenos de historia y recuerdos que forman parte del patrimonio sentimental colectivo.

Excelente acompañamiento musical por parte de la OJE, el Medinaceli es parte esencial de Mérida, la OJE también. Perfecta conjunción. Qué buen trabajo realiza el equipo de diputadas y diputados de orden de la cofradía. Ahí se ve que llevan en la sangre la pasión por su hermandad, el cariño por todas y todos los que componen la estación de penitencia.

Llega el momento de Manuela, y de tantos que esperan ansiosos a Las Injurias. Qué tendrá esta talla que nada más verla te lleva a un ejercicio de introspección.

Gragera, Pérez y Pacheco son la voz y el corazón de sus portadores. Y a pesar de que la banda de Villafranca de los Barros le pone música a su andar(por cierto de forma magistral), hay silencio. La gente le pide, le reza. Se abstrae. Un privilegio contar con la riqueza patrimonial y las tallas que saca a la calle cada Lunes Santo la Infantil.

Pero el Lunes Santo sólo ha comenzado. La puesta de los titulares en las calles de Mérida, a pesar de que le estemos arañando horas al día, es el inicio del Lunes Santo emeritense. Comienza y acaba en la anochecida. La Infantil abre las puertas de Santa María y al cerrarlas despide un lunes pletórico.

Llega el turno de Nuestra Señora del Rosario acompañada por la elegante banda de Guillena. A sus pies se encuentra el pregonero del costalero de este año, Dani Mena. Él, junto con José, Miguel Ángel y Alberto saben que llevan en su cuadrilla a la “reina” del Lunes Santo, la única de este día, la protagonista absoluta.

Muy buen trabajo de la cuadrilla de costaleros que como siempre vuelve a dejar de regalo para la ciudad chicotás enormes, con mucho gusto. Su salida es un acontecimiento. Ha vuelto este año la salve cantada e interpretada entre la banda de música sevillana y el Coro de Mérida. Sí, el coro de Carnaval junto a componentes de la comparsa Las Iguales y del coro de la Escuela de Música de Pilar Vizcaíno que han levantado los aplausos de la Plaza de España. La Infantil ha sabido trabajar estos años con la sociedad emeritense, haciendo partícipe de su devenir diario a muchos colectivos que estaban ausentes de la Semana Santa, y que, hoy en día, forman parte activa y protagonista de la misma. Se llama ‘hacer ciudad’ o ‘hacer hermandad’. Como prefieran, aunque a mí me gusta llamarlo ‘Sentir Mérida’.

Una salve versionada en su letra por Mario Hernández, que otorga toda la magnificencia que merece la titular de los Infantiles. El pueblo le canta, Rosario responde desparramando su movimiento sinuoso y magnificente. La Plaza de España esperaba este momento desde hace años.

La cofradía ha vuelto a poner en la calle un Lunes Santo histórico. Su subida seria, disciplinada, por la nueva Félix Valverde Lillo, con esa hilera de nazarenos, fue todo un ejemplo de organización procesional. La bajada por el Templo de Diana ya se ha convertido en una tradición, este año con las bellas canciones que ha dedicado a cada uno de sus titulares la joven emeritense Claudia Abela. Es un momento, además, que te da un vuelco el corazón, porque la Infantil y los que estamos allí disfrutándola sabemos que al pasar por el Templo, el regreso a la concatedral se precipita. Ya todo va acabando, la melancolía y la emoción hacen mella.

Mérida está abarrotada. Los visitantes y los emeritenses acompañan de forma masiva a la Infantil. Lo hicieron con la Burrita, lo han hecho en este Lunes Santo. Con momentos que se nos quedarán en la retina, como la petalada en la Puerta de la Villa. Les dije que llovía este Lunes Santo.

Hoy ha llovido. Hoy la Infantil ha desparramado una tormenta de emociones contenida desde 2019. Hoy la lluvia era esperada. Era una lluvia literaria, visceral. Reflexiva. Hoy la Infantil ha provocado una tormenta en cada uno de nosotros que será difícil secar.

Galería de Imágenes y Videos: Marco A. Sánchez Nova, Luis Zama Álvarez, Manuel Molina Bolaños y José Luis Moreno Palmerín

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