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Un cartel histórico, que habla por sí sólo, para un año histórico

Eulalia es origen y destino, faro de devociones y peregrinaciones. Eulalia es Cruz y es Guía, es camino y ejemplo, es nexo de unión de generaciones pero, sobre todo, Eulalia es quien provocó que Mérida fuera y sea Cuna del Cristianismo Hispano, un hecho irrefutable que, en 2023-24 cobrará más fuerza que nunca.

Por ello este año extraordinario debe tener un cartel anunciador extraordinario, que nos invite a vivir los días del gozo, a descubrir las entrañas de una ciudad que se abren para mostrar al mundo elementos singulares que, por lo siglos, han ido marcando nuestra propia historia cristiana, muchas veces silenciada y dotada de poca importancia pero que, por fín, ha pegado el golpe fuerte del “¡Aquí estoy yo!”… Y todo ello a través de Eulalia y tantos mártires emeritenses que, siguiendo su estela, llevaron el nombre de Mérida al mundo.

Así las cosas, la afamada pintora y cartelista, Nuria Barrera Bellido, ha sabido, con el trazo casi mágico de su pincel, componer un cartel que, sólo con mirarlo, habla por sí sólo.

Sí, porque no hay que buscar a Eulalia en la pintura que ilustra este cartel, Eulalia es el centro, Eulalia recibe en ese cruce de caminos en el que se convierte la ciudad de Mérida a quienes quieren descubrir su historia, a los que, atraídos por Ella, llegan desde los cuatro puntos cardinales a su Basílica al igual que lo hicieran los antiguos peregrinos antes de que la historia nos arrebatara algo tan importante para llevárselo, por todo tipo de intereses, a Santiago de Compostela.

Sí. Eulalia se reivindica en el cartel de Nuria. Una artista que ha sabido arrancar lo mejor del espíritu Eulaliense, lo mejor de Mérida plasmado en un cartel con todos los elementos que identifican nuestra historia. Su calzada romana, el Hornito, el Teatro Romano como muestra de la monumentalidad de una ciudad que, como Eulalia en el cartel, surge de ese mosaico de civilizaciones que se van desgranando en cada pliegue de su historia. De la tesela a la estela de Eulalia vestida de Reina, con su manto blanco y su mano tendida, dejando ese hornito de plata a sus pies como lo hace cada mes de septiembre.

La artista, sin duda, ha sabido sentirse emeritense para, en una composición alegre y colorista (manteniéndose fiel a su estilo) llegar al corazón de los emeritenses con un cartel que ya es historia y que, como Eulalia, es valiente y arrollador, así como la decisión de Consejo Eulaliense, a propuesta de la Asociación de la Mártir, de apostar por un formato de cartel distinto al que estamos acostumbrados.

Sin duda, el nombre de Nuria y Eulalia (estoy seguro) estarán unidos para siempre, no sólo por la parte extremeña que encontró en el camino de su vida, sino porque tiene el honor de anunciar el primer Año Jubilar Eulaliense y de enseñarnos a leer, a través de su pintura, nuestra propia historia.

Galería de Imágenes: Paco Rosco Rosco.

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