El tercer fin de semana de Cuaresma nos trajo aires íntimos, de hermandad, de vivirlos puertas adentro, acompañando con nuestros hermanos a los titulares.

Semana de cultos en los barrios, en el Calvario, el Nazareno de Pineda se convertía en el protagonista de las oraciones de los hermanos del Calvario. En San Juan, Jesús de la Humildad y Nuestra Señora de las Lágrimas recibian el cariño, en su parroquia, de los devotos de un barrio que los siente suyos. Por ello, en piadoso Via Crucis, recorrieron las calles del barrio tras la Cruz de Guía, ese símbolo tan destacado en nuestras hermandades y al que, en ocasiones, le damos poca o ninguna importancia.

En el Rosario, el Cristo del Prendimiento y Nuestra Señora de La Paz, eran los protagonistas de su Triduo que finalizó con la llegada del nombramiento de su nuevo Hermano Mayor, José María Saturnino.

En Santa Eulalia, el Cristo de los Remedios presentaba una estampa de antaño, cubierto con un velo blanco, a modo de duelo, presidió su Triduo así como su veneración por parte de los hermanos y devotos.

Así las cosas, entramos en la cuarta semana en la que la palabra volverá a tomar protagonismo, pero eso es ya… harina de otro costal.