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En el alba del domingo, se nos abrieron las puertas

Crónica del Domingo de Resurrección 2023. Castillos y Ferroviarios.

Redacción: Luis Miguel Glez. Pérez.

Fotografías Manuel Molina Bolaños

¡¡¡CRISTO ha Resucitado!!!, ¡Amén! ¡Aleluya!

Amanece el día que da sentido a nuestra Fe. Amanece el domingo de Resurrección y una explosión de alegría se produce en muchos hogares, en los que las pequeñas túnicas, perfectamente planchadas, esperan, colgadas de sus perchas, el momento en que serán vestidas por niños y niñas que desean acompañar la imagen de Jesús, por las calles de Mérida, para anunciar a todos la gran noticia: Cristo ha Resucitado.

La algarabía de muchos hogares se desplaza al Atrio de Santa Eulalia, donde las emociones se desbordan y el deseo de todos los allí reunidos es gozar de la alegría de saber que Cristo ha vencido a la muerte y que hay esperanza.

El estruendo de los cohetes anuncia que el momento se acerca y tan pronto como ese estruendo cesa, la música de la Banda de Cornetas y Tambores de la OJE toma el relevo, para marcar el paso de tres imágenes, bajo las que tres magnificas cuadrillas, que a pesar de llevar, en algunos casos, varias estaciones de Penitencia sobre sus cervices, mantienen su entusiasmo intacto.

San Juan abre el cortejo acompañado por los más pequeños de la Cofradía Ferroviaria con sus hermosos hábitos azules y negros. Tras él, procesiona la Virgen del Mayor Dolor vestida de blanco que, precedida de un cortejo de jubilosos niñas y niños que visten con orgullo sus blancas túnicas con ribetes morados, aguarda el momento en que se encontrará con su Hijo. Y por último aparece la imagen de Cristo Resucitado, también precedido de chiquillos de la Cofradía de los Castillos, que generosamente reparten golosinas y estampas de sus titulares entre quienes observan desde las aceras. Jesús aparece con el rostro sereno, elevando su brazo derecho hacia el cielo, que esta mañana de domingo aparece radiantemente azul.

Cada imagen realiza un recorrido distinto hasta concluir todas en la Puerta de la Villa, en la que un gentío se agolpa para presenciar el deseado encuentro entre Jesús y su Madre, bajo la atenta miranda de San Juan, de cuyas manos surge un paño sobre el que se lee: Resucito, y toda la plaza rompe en una sonora ovación, que cesa cuando uno de los Capataces del paso de Cristo Resucitado, anuncia con voz potente:

“Hermanos, quiero daros una noticia: ¡Cristo ha Resucitado!, ¡Aleluya! … Ha brotado la primavera en los corazones, se han roto las cadenas. Es posible la alegría. “

Tras su anuncio, recita unos versos escritos por D. Antonio Bellido Almeida:

“En el alba del Domingo, se nos abrieron las puertas:

¿Quién eres temblor del alba,

que a ni llanto desconciertas?

Soy, Jesús Resucitado

en el cielo y en la tierra.

¿A dónde vas de mañana

con la flor del alma abierta?

Voy gritando por el mundo

que vivo; la muerte, muerta.

Me rindo, Resucitado,

mi pobre fe te confiesa,

porque el fuego de tu amor

abrasa mi corazón,

gozando de tu Presencia.

A partir de ese momento, las tres imágenes marcharán juntas por las calles de Mérida para hacer llegar a todos que es posible la alegría, que en el alba del Domingo, se nos abrieron las puertas, para anunciar que ¡¡¡CRISTO ha Resucitado!!!, ¡Amén! ¡Aleluya!

Galería de Imágenes y Videos: Manuel Molina Bolaños.

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