
La penitencia más dura
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“Una Madre que, rota por la angustia de la inevitable despedida de su Hijo, sentía en el fondo de su corazón la Esperanza de que unos pocos días después, se consumará el anuncio de la gloriosa Resurrección.»
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No hay penitencia más dura para un cofrade que privarse de realizar su Estación de Penitencia, y en la mañana de este frío Viernes Santo, la veterana y popular Cofradía Ferroviaria, ha tenido que sufrir viendo como a los pocos minutos de su salida desde el atrio de la Basílica de Santa Eulalia, debía recogerse de nuevo ante la inminencia de la lluvia.
Las gotas comenzaban a caer sobre el rostro inerte del Hijo que yacía sobre los brazos de la Stma. Virgen de las Angustias, y ésta confundía en sus mejillas las gotas de lluvia con las lágrimas que pugnaban por salir despavoridas de sus ojos ante la visión de Aquél que venía para dar la vida por todos.

Viernes Santo Mañana. Cofradía Ferroviaria. Fotografía: José Manuel Romero Cerrato
Una Madre que, rota por la angustia de la inevitable despedida de su Hijo, sentía en el fondo de su corazón la Esperanza de que unos pocos días después, se consumará el anuncio de la gloriosa Resurrección.
De momento, todos los cofrades comparten las lágrimas de la penitencia impuesta por la lluvia pero, ya queda un día menos para el Viernes Santo del año siguiente.
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