Crónica Madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección 2015
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“El alegre sonido de los cohetes que iluminan el cielo de la Basílica de Santa Eulalia, nos avisa de que algo importante ha sucedido. Entre la humareda de las tracas, se vislumbran dos palabras que los dicen todo: ALELUYA RESUCITO.“
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¡ RESUCITADO !
El alegre sonido de los cohetes que iluminan el cielo de la Basílica de Santa Eulalia, nos avisa de que algo importante ha sucedido. Entre la humareda de las tracas, se vislumbran dos palabras que los dicen todo: ALELUYA RESUCITO. Esta es la buena nueva que todos esperábamos, la conclusión del triduo pascual, el triunfo del amor sobre el odio, la confirmación de que una nueva vida nos espera tras esta, la Resurrección de Nuestro Salvador Jesucristo. El atrio de la Basílica es un hervidero de vida, alegría y esperanza, vamos a comenzar a celebrar la festividad más importante de nuestro calendario cristiano, y la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor, los “Castillos” como coloquialmente se les conoce, son los encargados de escenificar estos sentimientos, contando también con la ayuda de la Cofradía Ferroviaria. Dos Cofradías hermanas, ubicadas ambas en la Parroquia de Santa Eulalia, que trabajan codo con codo, dando testimonio de Hermandad.
Y quienes mejor que los niños y jóvenes para dar testimonio de vida, alegría y esperanza, ellos son los protagonistas de la procesión de esta noche, y con los caramelos y golosinas que entregan durante su recorrido nos hacen llegar ese testimonio. Esta es una procesión alegre, y los nazarenos salen a la calle sin capirote, ni cubrerostro, mostrando la felicidad con sus sonrisas. Tres pasos procesionarán esta madrugada. El primero, tras la Cruz de guía, será San Juan Evangelista (obra de Juan Blanco Pajares), portado por costaleras de la Cofradía Ferroviaria, y que en sus manos sostiene un pergamino enrollado cuyo contenido ignoramos. El segundo, Jesús Resucitado (talla de Eduardo Zancada) portado a varal por portadores de la Cofradía de los Castillos, que en su salida lo alzan sobre una mano. El tercero, lleva la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor (obra de Manuel Echegoyán) portada también por costaleros de los Castillos.
Las tres imágenes toman caminos distintos, para coincidir más tarde en la Puerta de la Villa, el primero en llegar será San Juan Bautista, que lo hará a través de la calle Delgado Valencia, a continuación llegará el paso de Jesús Resucitado, que accederá desde la calle Cervantes, y por último llegará Nuestra Sra. del Mayor Dolor que ha subido por la Rambla de Santa Eulalia. Alrededor de la Puerta de la Villa un impresionante gentío se da cita para presenciar el encuentro de las tres imágenes. Al unísono, los capataces ordenan a sus cuadrillas que levanten sus pasos. San Juan Evangelista despliega el pergamino que lleva entre sus manos y podemos leer su contenido, una solo palabra: Aleluya. La impresionante imagen de Jesús Resucitado, nuevamente alzado por sus portadores sobre una mano, se eleva aún más en esta noche de alegría, mostrando su rostro sereno y las llagas que sobre su cuerpo han dejado los clavos. Sus brazos antes extendidos entre el cielo y la tierra, ahora tratan de unirlos, su mano izquierda indicando la tierra, y su derecha se eleva hacia el cielo, escenificando la victoria de la vida sobre la muerte. Nuestra Señora del Mayor Dolor, vestida de blanco y desprovista de su palio, presencia la gozosa escena de la resurrección de su hijo, compensándola por tanto sufrimiento experimentado. Una saeta cantada entre los tres pasos pone fin a este encuentro, y con su estribillo: Alegría Cristo Vive, hace que toda la plaza se arranque por palmas, celebrando la Resurrección de Nuestro Salvador.
Las dos bandas emeritenses de cornetas y tambores, OJE y La Pasión, acompañan con su música a esta procesión, demostrando su saber hacer y su compromiso con la Semana Santa emeritense.
Concluido el encuentro, la procesión reinicia su marcha. A partir de este momento, el paso del Jesús Resucitado cierra el cortejo, precedido de Nuestra Sra. del Mayor Dolor y de San Juan Evangelista que abre la alegre comitiva. Se baja por la calle Santa Eulalia, para llegar a la Plaza de España y a la Concatedral de Santa María, y en su puerta serán recibidos por una representación de la Cofradía Infantil, que un año más ha recibido a todas y cada una de las Hermandades y Cofradías de la ciudad, a su paso por la Concatedral. Desde la Plaza de España, la procesión vuelve a la Basílica de Santa Eulalia, y allí la Cofradía ofrece a todos los que han querido acompañarles en esta última procesión de nuestra Semana Santa, un reconfortante chocolate calentito, acompañado de pastas, que sirve para reponer fuerzas, y prepararnos para descansar de esta inolvidable Semana Santa, vivida intensamente por emeritenses y foráneos, que a través del esfuerzo realizado por las Hermandades y Cofradías de nuestra ciudad han recreado una vez más los misterios de la muerte y resurrección de Nuestro Salvador Jesucristo.
Gracias a todos: nazarenos, portadores, costaleros, damas … , hermanos y hermanas cofrades, nuestra Semana Santa sigue creciendo en todos los sentidos, el más importante en lo espiritual, ojala hayamos conseguido entender en toda su dimensión del mensaje de Nuestro Salvador.
A todos, Feliz Pascua de Resurrección.
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