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Noche mágica de emociones… y de jóvenes

El año 2022 nos está regalando estampas que quedarán marcadas en nuestra retina para siempre. Estampas que suceden cada cierto tiempo y que vienen a escribir importantes páginas, no sólo en la Semana Santa de Mérida, ni en la de la cofradía organizadora, sino en la propia historia de la ciudad.

Y es que, para los que tuvimos el privilegio de vivir, hace 25 años, la procesión extraordinaria de Nuestra Señora del Mayor Dolor, concretamente en 1997, volver a disfrutar de esta efeméride ha supuesto un “dejá vú” que nos ha dejado imágenes que por aquel entonces no llegamos a disfrutar.

Se preguntarán ¿por qué? Permítanme que les explique. Este pasado fin de semana la ciudad se vistió de fiesta para acoger un gran evento. ¿Saben lo destacable? Que el grupo joven “Los castillitos” se empeñó, ¡y vaya si lo consiguió!, que todas las personas que, desde el viernes, paseaban por las calles del centro, supieran que para su cofradía era un día especial.

Que en los tiempos que corren, haya grupos de jóvenes cofrades comprometidos en las hermandades es un lujo que se debe cuidar como el más lujoso de los enseres de la misma. Escucharlos y dejarles hacer, ahí está la clave.

Y se demostró, llenaron las calles de guirnaldas de flores que llevaban realizando desde el pasado mes de mayo. Se empeñaron en que se engalanaran balcones y hasta la propia fachada de la Concatedral. Esa es la clave… empeño.

Por ello, lo ocurrido el pasado sábado, 8 de octubre, es más extraordinario aún. Porque, a fín de cuentas, la disposición de la procesión era, prácticamente, la misma con el paso de Nuestra Señora del Mayor Dolor, radiante y sin palio, con la única variación de que lucía restaurada y con una extraordinaria saya y cíngulo que ya es envidia del patrimonio cofrade emeritense.

Y la música, al igual que hace 25 años, el Corte de Peleas, inasequibles al desaliento tras el paso de la Virgen. En definitiva, noche para recordar, y para recordar a quienes han quedado en el camino en este periodo de tiempo pero, ya se sabe, somos aves de paso pero, las hermandades siguen.

Así que, estoy convencido de que estos “castillitos” seguirán dando que hablar y se convertirán, en un futuro, en un nuevo baluarte de la Semana Santa de Mérida.

Galería de Imágenes y Videos: Luis Zama Álvarez, Francisco Rosco Rosco y Manuel Molina Bolaños

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