Como si de un paseo por la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo se tratará, Don Pedro Fernández Amo nos introdujo, a través de su pregón, en la Semana Santa.

Y entramos a través de la palabra, docta y sabía, salpicada de versos del extremeño Gabriel y Galán, en una Semana Santa a la que el pregonero nos invitaba a entrar con la mente puesta en los misterios que estamos dispuestos a rememorar y a salir purificados en la mañana gloriosa de la Resurrección.

Un pregón bien estructurado, sin concesiones a la estridencia y sí a la meditación, a la reflexión del Misterio por el que Cristo murió en la Cruz por todos nosotros, para redimirnos.

Y pasó, a través de la palabra, de puntillas, por la Semana Santa de Mérida a través de sus hermandades, invitando a mantener viva la esencia del ser cofrade, de vivir en Hermandad siempre mirando por el prójimo.

Y con la palabra entramos en la Semana Santa, con un pregón de altura, reflexivo y directo, captando la atención de todos cuantos entramos, en la Semana Santa, desde la Concatedral de Santa María.