La serenidad del Nazareno
Crónica del Miércoles Santo 2024. Castillos
Redacción: Paco Vadillo Solís
Fotografías: José Luis Moreno Palmerín.
Cientos de hermanas y hermanos congregados frente a sus titulares. Rosario Abelaira rompiendo esa sensación de dolor y frustración con su voz y la OJE acompañando a una hermandad con la que está muy ligada de forma histórica.
El Miércoles Santo se presentaba una jornada complicada. El tiempo ya amenazaba desde primera hora con horas turbias para las salidas procesionales. Y así fue.
Alerta amarilla por viento y lluvia durante toda la jornada. La cofradía del Nazareno era consciente de esta situación y su Junta de Gobierno, ya desde el día anterior se sentaron para plantear una solución.
Con serenidad, como la que muestra su hermana mayor durante todo el año, y con el apoyo del resto de miembros de su Junta hablaron de tomar una decisión consecuente y responsable. Y así lo hicieron. Veinte minutos antes de su salida procesional comunicaron que debido a la “inestabilidad meteorológica” suspendían su estación de penitencia. Acertaron.
No es agradable comunicar una cuestión así, pero ellas y ellos demostraron ser conscientes del gran valor humano y material que atesoran.
Son una cofradía referente en la región y volvieron a demostrar que las decisiones hay que tomarlas con el corazón y la cabeza en la mano.
Hemos perdido la oportunidad de ver al Nazareno y el Mayor Dolor subiendo por la calle Cardero, uno de los momentos que más atracción presentaba en este Miércoles Santo de alerta amarilla. De ver la pasión de miles de emeritenses alcanzar Camilo José Cela desde la zona adaptada por el ayuntamiento tras el atrio.
Allí aguardaban sus titulares. El Nazareno con una túnica histórica, cuyos bordados se conservan desde hace un siglo y representan parte del incalculable valor artístico e histórico de esta cofradía.
El Mayor Dolor estaba pausada, en una esquina, tranquila. Con un exorno floral espectacular…con la calma que refleja una madre que sabe que tiene una nueva oportunidad de recorrer las calles de Mérida el Jueves Santo.
Y a su vera, los Remedios. Imponente. Pero habrá que esperar al 2025. Este año la lluvia ha provocado que se queden en las traseras de la basílica y el convento de las Freylas. En una estampa única.
Entre las hermanas y hermanos una mezcla de decepción y orgullo. Decepción porque son conscientes de la relevancia y seguimiento de su estación de penitencia año tras año. Y de orgullo porque las decisiones más difíciles son las que se toman con serenidad y siendo responsables con lo que atesoran.
Laly Velázquez mira a sus hermanas y hermanos como una madre que mira a sus hijas e hijos. Protegiéndolos y dándoles amor.
Cientos de hermanas y hermanos congregados frente a sus titulares. Rosario Abelaira rompiendo esa sensación de dolor y frustración con su voz y la OJE acompañando a una hermandad con la que está muy ligada de forma histórica. La mirada hacia los ojos del Mayor Dolor y del Nazareno de todas los presentes. El recuerdo a los que no están y que en la cofradía siguen siendo parte fundamental del motor de la vida de esta hermandad. Noche serena, pero llena de emociones encontradas.
Como el Nazareno de Santa Eulalia, sereno, aguardando la pasión que por él desparraman miles de emeritenses, quedó esta cofradía resguardada del mal tiempo. Hace viento fuera, ha llovido gran parte de la tarde, pero dentro el Nazareno pone calma y devoción. Pone coherencia.
Hay mucho camino que recorrer. Y lo harán sujetando la cruz de su titular juntas y juntos.