TOP

Noche de amargura y melancólica en la Ermita del Calvario

Crónica del Martes Santo 2024. Calvario

Redacción: Paco Vadillo Solís

Fotografías: Marco A. Sánchez Nova y Raúl Flores Hernández

Lágrimas, abrazos. La decisión era compleja, pero la tomaron con serenidad. Más duro fue para quien tuvo que anunciarlo al resto de hermanas y hermanos sabiendo el trabajo arduo que han realizado en los últimos meses.

Un Martes Santo desapacible. La meteorología hizo de la noche del Martes una auténtica ratonera. No llovía con contundencia, pero sí lloviznaba de forma intermitente. En la Ermita del Calvario había fervor, mucho, pero también miedos ante la situación que se planteaba por delante.

Un sentimiento mezclado entre frustración y esperanza que se tornó en pura melancolía. Esa que te provoca estar frente a los titulares de tu hermandad, teniendo las espaldas llenas de trabajo y amor, pero sabiendo que no podrás realizar el objetivo marcado. Una melancolía que acongoja y sobrecoge, pero, que es propia de quien toma decisiones.

Sólo se equivoca quien debe asumir responsabilidades. Y ahí está la clave y el valor de quien lo hace. Y esto después de que la hermandad haya vivido unos meses con una Junta de Gobierno estable. Tras la tormenta, de tantos años, llegó la serenidad, pero la climatología echó por tierra muchas ilusiones. El año que viene volverán con más fuerzas.

Había mucha expectación por ver el trabajo intenso en las calles de Mérida realizado por la nueva Junta de Gobierno. Era un año especial, con mucha simbología. Pero estos contratiempos sólo provocarán que regresen con más fuerza si cabe. Que les ayude a seguir creciendo y estabilizando la cofradía. Y volviendo a recuperar a un barrio que forma parte de la esencia de la ciudad. El Calvario es nuestra hermandad más longeva, y casualidades de la vida, de las más renovadas. Un barrio y una cofradía que juntos hacen que entendamos muchos pasajes de nuestra vida.

Al final de la calle Calvario se concentraron decenas de personas ansiosas para ver la apertura de la puerta de la Ermita. Una apertura que siempre genera desvelos y sorpresas. Pasaban las nueve de la noche, hora marcada para la salida tras retrasar unos minutos su desfile procesional.

La incertidumbre crecía en la zona. Mucha gente joven, que habla muy bien de la reconversión de esta hermandad y su conexión con el pueblo de Mérida. Poco a Poco. Paso a Paso.

Llegaron las bandas. Se abrieron paraguas. Desconcertados. Finalmente salió su Junta de Gobierno, que tuvo que tomar una decisión amarga y dura en esta noche de Martes Santo, para anunciar que “por responsabilidad” con las personas que forman parte de la estación de penitencia y el patrimonio material incalculable, decidían quedarse en su casa. Melancolía otra vez.

Lágrimas, abrazos. La decisión era compleja, pero la tomaron con serenidad. Más duro fue para quien tuvo que anunciarlo al resto de hermanas y hermanos sabiendo el trabajo arduo que han realizado en los últimos meses.

Se abrieron las puertas de la Ermita. Entre el discurrir de las bandas de música con sones de despedida, y las hermanas y hermanos que se asomaban a saludar a sus titulares hieráticos dentro de la Ermita había una calma tensa junto al Castellum Aquae.

Este año no salen. La lluvia y el viento ha jugado en contra de los deseos de esta hermandad centenaria. Hubo amargura, la de María Santísima y la de sus devotos y devotas. Hubo melancolía, entremezclada con la esperanza y el orgullo del gran trabajo de una Junta de Gobierno que está dando pasos muy importantes para que la Hermandad del Calvario vuelva a tener el sitio que merece. No salieron, pero debemos felicitarles.

Galería de Imágenes; Marco A. Sánchez Nova y Raúl Flores Hernández

Facebooktwitterlinkedinmail