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Mamá, he soñado

Crónica del domingo de ramos. real hermandad y cofradía infantil 2020. #SSMerida2020Virtual

Recordando el Lunes Santo de la Cofradía Infantil

5 de abril de 2020

Redacción: celia lafuente

Imágenes: antonio moreno barriga, marco a. sánchez nova, José manuel romero cerrato (Mané), Manuel Molina Bolaños, Y Francisco Rosco Rosco.

“Mamá, he soñado”

Con su capa aterciopelada, corretea por el empedrado de la plaza. El silencio que allí habita se apodera de él. Se gira, mira a su alrededor y, con los brazos abiertos, se pregunta dónde está su ejército de capas rojas.

La noche anterior, antes de irse a dormir, acudió en busca de sus enseres. A diferencia de otros años, en esta ocasión, permanecían en aquel armario. Sintió un escalofrío que le erizó la piel al acercarse a ellos. Los olió. Las lágrimas inundaron sus ojos que poco tardaron en revivir recuerdos, distintas sensaciones, miradas, sonidos… Abrazos largos que, parecía, estar recibiendo en ese momento. Y entre sollozos y reminiscencia, cerró el armario, se dirigió a la cama y calló en un profundo sueño…

Recordando el Domingo de Ramos de la Cofradía Infantil

[Ha llegado el día. Asomado a la ventana se percata de que mucho tiene que cambiar la jornada para que el manto de nubes grisáceas permita el paso del sol. Las horas pasan casi sin darse cuenta y, como siempre, el hábito recién planchado envuelve con su olor a limpio toda la casa.

Con su capa aterciopelada corretea por el empedrado de la plaza. El silencio que allí habita se apodera de él. Se gira, mira a su alrededor, y con los brazos en cruz se pregunta dónde está su ejército de capas rojas. Vuelve a ser un niño y el miedo le invade, por eso ralentiza el paso hasta llegar al dintel de Santa María con la palma prieta entre sus manos. Es la hora, pero allí no hay nadie. La puerta se abre justo en el instante esperado y de dentro sale la humilde “Burrita” que, fatigante, porta a Jesús.

“Niño, acompáñame”

Abstraído por su mirada, intenta seguir sus pasos casi en volandas, dejando atrás el puente romano donde no hay un alma. El Templo de Diana le sobrecoge, pero continúa su andadura a paso lento y, aunque la calle permanece vacía, ellos avanzan en silencio hasta llegar a Concepción. Tiene la boca seca y las fuerzas comienzan a flaquear, se fija en Jesús que le invita a seguir su camino y, sin darse cuenta, están de vuelta en la parroquia.]

Abre los ojos justo cuando la puerta de Santa María se cierra. Es Domingo de Ramos y, asomado a la ventana, se percata de que mucho tiene que cambiar la jornada para que el manto de nubes grisáceas permita el paso del sol. Se dirige al salón donde se encuentra con su familia.

 

“Mamá, he soñado”

Imágenes en la Memoria:

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