UNA ESTAMPA MENOS

El cielo no permitió que la Procesión Litúrgica de las Palmas ofreciera la primera de las bellísimas estampas de la Semana Santa de Mérida. Así, nos perdimos el paso de la comitiva bajo el Arco de Trajano, emulando la entrada de Cristo a la Ciudad a través de su comunidad cristiana. La fuerza y la rabia con la que descargaba el cielo a esa hora provocó que, a toda prisa, los integrantes de la comitiva que habían sido citados en El Carmen se dirigieran a Santa María.

Fotografía: Luis Zama Álvarez

Un año más, sobrecogedora lectura de La Pasión de Nuestro Señor y extraordinaria homilía del párroco que recordó a los presentes que nada de lo que se hace en Semana Santa tendría sentido si volvemos la espalda a los problemas del mundo, haciendo frecuentes referencias a la situación de Europa y los Refugiados.

Fotografía: José Luis Garrido

Tras la Eucaristía comenzaba la incertidumbre que rodearía al Domingo de Ramos. Jesús estaba en Mérida, en la Concatedral de Santa María montado en una burrita esperando realizar su recorrido triunfal mientras en San José comenzaba a prepararse el menú de la Cena. Sin duda, los cofrades, nos encomendamos al patrocinio de Nuestra Señora.

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