Bajo un cielo que parecía cargar con la solemnidad del momento, la procesión de las palmas se desplegó con devoción desde el histórico Templo de El Carmen. Con la bendición de palmas y olivos, los fieles avanzaron hacia el impresionante Arco de Trajano, como si cada paso marcara el inicio de una travesía espiritual, acompañados por la Banda de Música de Mérida bajo la batuta de Pilar Vizcaino.

La mañana, impregnada de una atmósfera única, era ansiada por los cofrades y por toda la ciudad. Mérida mira al cielo mientras inicia su andadura tras el recogimiento cuaresmal para sumergirse en los en los misterios de su Semana de Pasión. Siguiendo la tradición, con la Concatedral de Santa María como testigo, se inaugura en el Domingo de Ramos, marcando el comienzo de una experiencia espiritual profunda, como lo expresó el Papa Francisco.

“Me dirijo ahora a todas las Hermandades y Cofradías de Mérida, a todas, que durante todo el año trabajan para contribuir a que la Semana Santa deje huella, huella indeleble y permanente en las vidas de todos los que contemplan las Estaciones de Penitencia. No es un acontecimiento de espectáculo, es una proclamación de nuestra salvación, por eso debe dejar huella”

Tras la celebración de la Eucaristía, la ciudad se prepara para sumergirse en los misterios de la Pasión y la Resurrección, consciente de que esta celebración no es solo un espectáculo, sino una proclamación de salvación que deja “huella” en las vidas de todos los que participan.

Galería de Imágenes y vídeos: José Luis Moreno Palmerín y Ángel Espinosa Cuéllar