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Cofradía de Ntro. Padre. Jesús Nazareno, Stmo. Cristo de los Remedios y Ntra. Sra. del Mayor Dolor

Hábito y Escudo

Fundación: 1928.

Número de Hermanos: 550.

Imágenes:

  • Ntro. Padre Jesús Nazareno.
  • Stmo.Cristo de los Remedios.
  • Ntra. Sra. del Mayor Dolor.
  • Cristo Resucitado.

La imágen de Ntro. Padre Jesús Nazareno es del escultor Luis Salvador Carmona, la del Stmo. Cristo de los Remedios, anónima, pero se conoce que data del siglo XVII, y la talla de Cristo Resucitado es del escultor Eduardo Zancada. La imágen de Ntra. Sra. del Mayor Dolor fue esculpida por Manuel Echegoyán.

Hábito:

Túnica blanca abotonada en su parte delantera bajo la cintura con botones cubiertos de tela color morado, y con greca color morado en bocamangas y bajos.
Cíngulo de color morado que en la procesión del resucitado se sustituye por color blanco.
Cubrerrostro color morado con escudo cofradía sobre el pecho del cofrade y por detrás cae del mismo largo que la túnica(se sustituye de color blanco en la procesión del resucitado)
Capa de color morado única en directivos y diputados de orden.

Junta de Gobierno:

  • Hermana mayor: Doña Eulalia Velázquez Jiménez.
  • Vice-Hermano mayor: Don Nicolás Briz Blázquez.
  • Administrador: Don Antonio Paz Morillo.
  • Secretario: Don Manuel Velázquez Jiménez.

Reseña Histórica:

Siguiendo con las denominaciones que, habitualmente, se emplean en el lenguaje coloquial para resumir los larguísimos nombre de las Hermandades, esta cofradía también tiene su nombre “popular”. Así, han sido conocidos desde siempre como “Los castillos”, por la greca al estilo romano que tienen en la bocamanga y el bajo de la túnica aunque también coge fuerza, en la nomenclatura popular, el nombre de “Cofradía del Nazareno”, e incluso, con apellido “de Santa Eulalia”, por la Basílica en la que se encuentra la imagen expuesta al culto y veneración.

Esta Cofradía, como tantas, también es fruto de una refundación pues en 1928 erigiéndose canónicamente en la Basílica de Santa Eulalia y, como ocurriera con la Hermandad del Calvario, significaba la unión de las devociones de Nuestro Padre Jesús Nazareno con la del Santísimo Cristo de los Remedios de cuya cofradía hay constancia en el siglo XVII.

Aún así, en unas breves pinceladas para bucear en la historia de la hermandad, habría que remontarse a 1725 cuando la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno funda el hospital de Jesús Nazareno en el edificio que actualmente ocupa el Parador Nacional Vía de la Plata. Un edificio en el que no dejaron de hacerse reformas desde el inicio de su construcción. Fue convento, hospital de pobres, hospital de campaña, cárcel y museo. Fue para la capilla de este hospital para donde se encargó la imagen del Nazareno que, hasta llegar a la Basílica de Santa Eulalia, sufrió numerosos traslados.

Para los amantes de las historias cofradieras, y remontándonos al libro de Agustín Velázquez en su libro “La Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno, Stmo. Cristo de los Remedios y Ntra. Sra. del Mayor Dolor: notas para la historia de una cofradía de Mérida”[1], hay que señalar que en 1811, durante el asedio francés a la ciudad, la imagen del Nazareno estuvo escondida en la casa del escribano municipal José Yustas. De esta manera, la imagen no sufrió las consecuencias devastadoras del ejército francés. Con este gesto, se inició una relación entre la familia y la imagen que ha llegado a través de sus descendientes hasta nuestros días.[2].

Desde entonces es también la tradición, hasta que se marcharon, de que la imagen del Nazareno visitara cada Miércoles Santo (o cada Jueves Santo) el Convento de las Madres Concepcionistas ya que, al recuperar los hermanos en 1817 la imagen, visitaban el convento durante la procesión y entraban en el mismo por calle Concepción saliendo por Santa Beatriz de Silva.

Con la desamortización de Mendizábal (1826-1837), el edificio comienza a utilizarse con fines no religiosos por lo que la imagen del Nazareno pasó a venerarse en la Basílica de Santa Eulalia en la que ya se encontraba el Santísimo Cristo de los Remedios del que, en el siglo XVII, ya se tiene constancia de la existencia de una Cofradía de Sangre en torno a este venerado crucificado.

Hasta finales del siglo XIX, el Hospital quedó convertido en cárcel del Partido Judicial. De esta circunstancia viene otra tradición perdida en torno al Nazareno y es que, como ocurre con otras imágenes de Jesús Nazareno en España, véase El Rico de Málaga, el Nazareno de Mérida liberaba cada Miércoles Santo a un preso en dicha cárcel. Así, la imagen salía en procesión desde Santa Eulalia y se dirigía al Convento de las monjas para, al salir del mismo, dirigirse hacia la puerta de la cárcel donde esperaba el preso, descalzo y con una  vela en la mano que, tras realizar la penitencia quedaba libre de su condena.[3]

Los tiempos actuales

La refundación de la Cofradía no pasó desapercibida para la prensa de la época pues ya El Correo Extremeño abría la información referente a Mérida del 28 de julio de ese año en el que se informa de la composición de su primera Junta de Gobierno[4]

Gustó y llamó la atención el hábito de los nazarenos “que sale del patrón aquí corriente”[5]. La Hermandad, como otras de la época, se buscó la vida para conseguir fondos con el que poder costear la adquisición de enseres y sufragar los gastos de las procesiones. Desde Zarzuelas hasta la celebración de un ramo en el atrio de Santa Eulalia el Domingo de Ramos de 1930[6] Ese mismo año estrenaba las nuevas andas para el Nazareno y el Cirineo que, con toda seguridad, podría haber salido del taller de Castillo Lastrucci, al igual que se le encargaran, en 1949 las andas del Cristo de los Remedios en madera de pino, con tallado de motivos florales y símbolos de la Pasión.

En el año 1947, la Cofradía decide sustituir la imagen mariana y, para ello, encargan al imaginero sevillano Manuel de Echegoyán la ejecución de una dolorosa de tamaño natural que recibió el nombre de Nuestra Señora del Mayor Dolor  y que procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1948.

En 1952 procesiona por primera vez el Resucitado que la cofradía adquirió a la empresa olotina “Hijos de Ramón Bretcha” en un proyecto que, como siempre, se vió mermado por la cuestión económica ya que se pretendía que estuviera completado con dos romanos y dos mujeres. Finalmente, se quedó en el Cristo[7] que, en la actualidad, se venera bajo cesión en la Iglesia de Cristo Rey. En una primera etapa el Resucitado dejó de procesionar en 1962 volviéndolo a hacer en el año 1981.

En su partimonio destaca el hermoso manto negro con el que procesiona desde 1960 con bordados en oro, perlas y pedrería, realizado por la Escuela de Artes y Oficios. Precisamente de esta Escuela salieron, anteriormente, los faroles del paso del Nazareno, a imitación de los antiguos del paso del Gran Poder sevillano, y que llevó en su paso hasta 1985 cuando la hermandad adquirió los actuales en los prestigiosos talleres sevillanos de los Hermanos Delgado López.

Etapa de cambios

El año 1979 marcó el inicio de una etapa meteórica de cambios en la Cofradía. Ese año se reforma del paso del Nazareno para ser portado a hombros, dejando a un lado las monótonas ruedas. Primero se le colocaron tres varales pero, dado el peso y el elevado número de portadores que querían llevarlo, se le añadió uno más. Una cuestión que marcaba el inicio de la denostación de las ruedas por parte de las Hermandades ya que, hasta ese momento, sólo los tres pasos del Lunes Santo de la Cofradía Infantil, lo hacían a hombros. Serían, además, miembros de esta Cofradía los “instigadores” de dicha transformación.

La imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor fue otro de los objetivos de la Cofradía y, en 1981, se envía a Luis Álvarez Duarte quien trabaja sobre su cara y manos. El resultado fue una transformación del rostro de la Virgen haciéndolo más juvenil y sereno, menos angustiado.

El siguiente paso hacia el que se dirigieron los esfuerzos de la hermandad fue el del Cristo de los Remedios al que se le añadieron tres varales que, en la Semana Santa de 1983, salía a hombros en la noche del Jueves Santo.

Mientras trabajaban en la transformación de los pasos, buscaron la recuperación de tradiciones perdidas en la historia de la Semana Santa. Así, el Miércoles Santo de 1986 se celebraba el primer encuentro entre el Nazareno y la Virgen del Mayor Dolor que, ya desde sus inicios, se convirtió, junto con el Vía Crucis, en el acto más multitudinario de la Semana Santa.

Ese primer encuentro se celebró en la confluencia de la calle Santa Lucía con López Puigcever, junto al Cuartel Hernán Cortes. El encuentro variaría su ubicación durante algunos años hasta quedar fijado en su emplazamiento actual ya que la Hermandad buscaba el que un mayor número de personas pudieran presenciar dicho acto. De este modo, al año siguiente se hizo en la Puerta de la Villa, en 1988 en el Cruce de la Estación. En 1989 volvió a celebrarse en la Puerta de la Villa hasta que en los años 1999 y 2000 se probó suerte en la Plaza de España no convenciendo a la Hermandad para, en 2001, volver a la Puerta de la Villa.

Otra de las cuestiones con las que esta cofradía sorprendió a propios y extraños fue con la decisión, el Jueves Santo de 1987, de cruzar el Puente Romano con el Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor. Por aquel entonces ninguna hermandad cruzaba el puente por lo que la estampa fue la más buscada tanto en la ida con el atardecer el Jueves Santo, como en la vuelta, ya en noche cerrada.

Y es que, además, en la mente de los Castillos rondaba ya la idea de sacar el paso de Nuestra Señora del Mayor a costal. Hecho que se produce en la Semana Santa de 1989 en la que se adaptaron los antiguos respiraderos plateados a la nueva parihuela. Comenzaban así varios años en los que el paso de la Virgen era el que sorprendía cada Miércoles Santo.

Con colectivos de la cofradía implicados fueron superponiendo proyectos, así, en el año 1992 el Cristo de los Remedios estrenaba la canasta, aún sin terminar, que es el primor de la Semana Santa emeritense. Una canasta en dos plantas, de madera de caoba ejecutada en los talleres sevillanos de Manuel Guzmán Bejarano. Ese 92 también se pudieron admirar los respiraderos de Nuestra Señora del Mayor Dolor en cuya capilla frontal figura la imagen del Nazareno, mientras que en las laterales presiden la Virgen de Guadalupe y la Mártir Santa Eulalia.

No acaba la cosa ahí ya que en la noche del Sábado Santo de ese año procesionaba por primera vez la portentosa imagen de Jesús Resucitado, del escultor emeritense Eduardo Zancada que rompía con la estética humilde y amable del resucitado olotino que, hasta ese año, procesionó con la Hermandad.

El año siguiente se prosiguió con la terminación de la canasta del Cristo de los Remedios. Además, recuperando otra antigua tradición, en el año 1994 nombran hermano mayor honorífico a la Guardia Civil en un precioso acto público que se celebró en el atrio de la Basílica de Santa Eulalia rememorando el nombramiento de 1928.

El año 2001 trajo otro de los grandes estrenos de esta cofradía y de la Semana Santa emeritense. Nacía el programa “Cofrades Solidarios” con el fin de volver a los fines asistenciales que deben regir la vida de los cofrades. A partir de ese momento, un gran número de “cofrades solidarios” se han ido sumando a la iniciativa. La crisis económica que nos asoló desde el año 2008 fue el punto determinante para que este programa calara en la Junta de Cofradías.

En el año 2003 concluyen el de la Virgen con la adquisición de unos majestuosos candelabros de cola.  Mientras, los jóvenes portadores de Jesús Resucitado se lanzan para la adquisición de una canasta para el paso que encargan al tallista sevillano Juan Manuel Pulido en madera tallada y que estrenan con orgullo el Sábado Santo del año 2006.

Una noche, la de ese Sábado Santo, en la que Jesús Resucitado ya no procesionaría solo porque, desde ese año, le acompaña Nuestra Señora del mayor Dolor, vestida de blanco, con la que se encuentra en un apoteósico encuentro en al Puerta de la Villa que vino a dale más realce a la procesión y, sobre todo, público.

Será ese 2008 el último en el que el Nazareno procesione en su paso de siempre ya que en el 2009, tras varios años recaudando fondos, la Cofradía estrena orgullosa el nuevo paso ejecutado en el taller  “Arte Salmerón” de Socuéllamos (Ciudad Real) en madera dorada y con escenas en plata.

Ya consolidada plenamente todas las estaciones de penitencia, la Cofradía continúa dándole vueltas a la procesión del resucitado con el fin de dotarla de un mayor contenido y aunar la participación de todas las Hermandades. Así, si desde el año 2007 es procesión oficial para la Junta de Cofradías, desde el año 2012 incorporan también, en el cortejo y posterior encuentro, a la imagen de San Juan que procesiona en el Descendimiento de la Cofradía Ferroviaria que, junto a sus hermanos luciendo sus hábitos respectivos, participan de la alegría de la Resurrección. En el 2015, además, los Ferroviarios estrenan para la ocasión un pequeño paso portado por mujeres aparcando el de la Virgen de las Angustias, en el que hasta entonces procesionaba, más pesado y de mayores dimensiones.

En 2019, comienza a celebrarse esta procesión en la mañana del Domingo de Resurrección.

[1]  Agustín Velázquez Jiménez. “La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor. Notas para la historia de una cofradía de Mérida. 1997. 255 p. Encuadernación en tapa blanda de editorial ilustrada.
[2]  Agustín Velázquez Jiménez. “La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor. Notas para la historia de una cofradía de Mérida. 1997. P. 39.
[3] Agustín Velázquez Jiménez. “La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor. Notas para la historia de una cofradía de Mérida. 1997. Página 40.
[4] El Correo Extremeño 28 de julio de 1928 p. 6.
[5]  El Correo Extremeño “Procesiones de Semana Santa. Las Cofradías en Funciones”31 de marzo de 1929
[6]  El Correo Extremeño “La Semana Santa y su preparación” 26 de marzo de 1930 p 2
[7] Agustín Velázquez Jiménez. “La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de los Remedios y Nuestra Señora del Mayor Dolor. Notas para la historia de una cofradía de Mérida. 1997. Página 79.

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