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Tres Caídas, el Alma de un barrio

Dicen que “la cara es el espejo del alma”… y es cierto, la cara de los hermanos de la Cofradía del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Misericordia eran el espejo del alma de un barrio, el de Nueva Ciudad, que les arropaba en una jornada en la que, nuevamente, la Cofradía les tendía la mano.

Mano tendida como la que tiende el Cristo de las Tres Caídas, todos los días del año, en la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros.

El parque, ese escenario en el que los primeros cofrades “del Polígono” comenzaron a gestar a su Cofradía, era el punto de encuentro perfecto para que, el primer sábado de octubre, se hablara de “su cofradía”.

El mediodía, caluroso y más íntimo, reunía a cofrades y vecinos alrededor de una paella y buenas viandas, sin olvidar la nota musical de la Tuna Infantil del CEIP “Dion Casio”. Era, sin duda, el preámbulo de lo que llegaría a la tarde.

Taller de música, exhibiciones de artes marciales y de zumba, iniciaban los primeros compases de una velada que ya se ha consolidado en el mundo cofrade y que, bajo la maestra batuta de la periodista Celia Lafuente, fue avanzando mientras aumentaba la temperatura de hermandad y el relente de la noche iba haciendo de las suyas.

Lágrimas y emoción en los reconocimientos, toda una hermandad en torno a los suyos y, sobre todo, a las manos angelicales que, día a día, enriquecen el patrimonio, puntada a puntada, de la hermandad… a la espera de la sorpresa que ¿quien sabe? llegará el Miércoles Santo.

Y el flamenco se adueñó de la noche con un nombre, el de Julita Baez y su academia que, con su buen hacer, calentaron los ánimos del numeroso público que se sintió emocionado al sonar los primeros acordes de “Al son del Cajón”.

Jornada para el recuerdo, para los sentimientos, para las emociones, para empezar un curso cofrade en el que Las Tres Caídas se apodera del Alma de su Barrio.

Galería de fotos (Francisco Rosco Rosco y Rubén Mancera Morán):

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