Un rayo de luz
Como en la afamada película de Marisol, “Un rayo de luz” atravesó la Avenida Antonio Campos Hoyos desde la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros hasta el hospital en una jornada que, sin lugar a ninguna duda, ya es histórica y quedará guardada en la retina de quienes lo presenciaron para siempre.
No en vano, no sólo era la primera vez que la Patrona de Mérida procesionaba por Nueva Ciudad, sino que además era la primera vez que visitaba el Hospital con el objetivo de llevar esperanza y consuelo a las personas que se encuentran ingresadas en él.
Sencilla, sin su rico manto, vestida de gracia, la vecina que habita en la Basílica, al otro lado del río, avanzaba bajo su templete de plata mientras, impacientes, las personas ingresadas esperaban en el centro hospitalario asomadas a las ventanas esperando que, por la esquina, apareciera el pequeño paso de su Patrona.
La tensión de la espera se calmaba con el sonido del Himno a Santa Eulalia. La catarsis se produjo cuando, sobre las 12 de la mañana, aparecía lentamente el paso de la Mártir y daba paso a una lluvia de oraciones y emociones desatada hacia la Patrona que llevaba a las y los enfermos esa esperanza que les invitaba a rezar con ella.
El paso se enmarcó frente a la puerta del Hospital. La Mártir, como si de una visita más se tratara, recibió el homenaje en forma de oración de todas las personas que, tanto dentro como fuera del centro, participaron en el acto al tiempo que, desde alguna ventana, se escapaba un ¡Viva Santa Eulalia!
La visita fue corta, pero intensa. Llena de emociones entre quienes, aferrados a la fe, pedían una pronta recuperación y entre los que también, sin estar ingresados, pedían por ellos y ellas. En definitiva, una sinergia de oraciones y plegarias en torno a la Niña Mártir.
Volviendo sobre sus pasos, con el vecindario aferrado a los barrotes de las ventanas, y con un intenso calor, la procesión volvió hasta la Parroquia donde, con una sentida oración, finalizó el acto que, no hay duda, ha sido el más hermoso e importante del Año Jubilar Eulaliense.
Galería de Imágenes: Manuel Molina Bolaños y Francisco Rosco Rosco.