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Patrocinio, luz en mitad de la Pandemia

Y en plena pandemia nos acogemos al Patrocinio de nuestra Madre. Ella, la que aceptó la tarea encomendada por Dios sin preguntas. La que se convirtió en el primer Sagrario y siguió los primeros pasos de quien vino a redimir a un mundo que tropieza mil veces con la misma piedra.

Ella, sabedora de dolores y esperanza, de sabores y sin sabores. Ella, la que acompañó y acompaña, la que estuvo hasta el final, inasequible al desaliento, a los pies de la Cruz, sabedora de que el sinsentido tenía un sentido.

En estos tiempos de desesperanza, de incertidumbre, dolor y muerte, nos ponemos bajo su Patrocinio para que, como buena madre, nos ayudes en la zozobra y nos guíes en la desolación.

Ella, Patrocinio que habita en San José, su casto y bendito esposo, se convierte en estos días de noviembre en luz en mitad de la Pandemia. Y a Ella nos encomendamos sabedores de que, precisamente a Ella, no dejará de escucharla.

Y han sido cientos las plegarias que, durante estos días de Triduo, le han hecho llegar los hermanos de la Cofradía de la Cena. Por los enfermos, por los difuntos, por sus familias, por quienes rigen nuestro destino en la tierra, por los desesperanzados, por los olvidados, por los que se han quedado sin sustento y porque abran la mano quienes lo conservan.

Por tantos y tantos a los que este tiempo les ha cambiado la vida, Patrocinio de almas, Patrocinio de Vida, Patrocinio bajo el que nos amparamos en momentos de deriva.

No son sólo tres días para acudir a tí, Patrocinio. Sino todos, porque Tú eres nuestra intercesora y protectora, hasta el fín de los días.

Galería de Imágenes (Manuel Molina y Francisco Rosco):

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