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Mañana de Angustias y Esperanza

Crónica de la mañana del Viernes Santo 2023. Ferroviarios

Redacción: Mateo Pinheiro

Fotografías: José Luis Moreno Palmerín y Paco Rosco Rosco

Angustias de una madre que lleva en sus brazos a su hijo muerto, pero también Esperanza de una madre que cree en la palabra dada del hijo y sabe que al tercer día resucitará.

Amanece un nuevo Viernes Santo. Y no podía ser de otra manera, día soleado. No ha pasado más de doce horas, y los ferroviarios ya están en la calle. Cuadrilla de costaleros que han salido ayer y repiten hoy, tanto de la Esperanza, como de las Angustias que han ido portando a varal el paso de Misterio del Descendimiento.

Angustias y Esperanza en la mañana de Viernes Santo. Angustias de una madre que lleva en sus brazos a su hijo muerto, pero también Esperanza de una madre que cree en la palabra dada del hijo y sabe que al tercer día resucitará.

Angustias y Esperanza de una madre, que puede ser la tuya, o la madre de un familiar o de un desconocido, pues por circunstancias de la vida, puede ser que no actuemos bien con ella. Pero una madre siempre espera. Espera que su hijo recapacite en cualquier acto que la ha producido angustia y dolor.

Puntuales han cumplido su hora de salida, y como no, nos sorprenden cada año. Otra vez a su salida, se han oído saetas a los dos pasos, de la mano de Rosario Abelaria, acompañada de la Banda de Santa María Egipciaca de Cortes de Pelea, a la cual se le ha entregado una placa en consideración de todos estos años fieles a la cofradía en Viernes Santo, y como no, en agradecimiento al acto del día anterior.

Se podían haber ido, habían terminado su actuación con la cofradía del nazareno, pero se quedaron a la puerta a que llegase la Esperanza. Si la Esperanza, la que nunca se pierde, la que siempre se tiene y la que siempre se tendrá.

Ambos pasos, al igual que lo harán a la llegada, como ya es tradición, han empezado su caminar en paralelo, las dos cuadrillas han llevado ambos tronos, al unísono, como si no se moviesen, han avanzado poco a poco por la Avenida de Extremadura

Empiezan su caminar, buscando al pueblo de Mérida, que espera la llegada a un punto de la ciudad, el cual ya es obligatorio pasar este día, el arco de Trajano. Allí se aglutina sus devotos, pues la canasta caoba y plateada de las Angustias, y la plateada de Esperanza, brillan con la luz del nuevo día.

Orgullos de costaleros, que pese al cansancio del día anterior, procesionan las dos advocaciones marianas, como si fuese el primer día que realizan la estación de penitencia, como si no hubiesen salido el día anterior.

Magnífico caminar por la Plaza de España, donde la luz del día, nos ha brindado otra vez, momentos de esplendor, de luz en sus pasos, pues ha brillado el palio como si estuviese recién plateado. Y como era de esperar, el manto adamascado de la Esperanza, nos ha deleitado de momentos de tonos verdosos y dorados distintos, todo gracia a la luz del sol que nos ilumina cada día.

Al igual que en la noche anterior se vieron arropado a la llegada a la Basílica de Santa Eulalia, hoy también los esperan a la entrada. La puerta del atrio está que no se coge, el público espera lo que ya es tradición, que entren las dos cuadrillas, mientras se escucha Caridad del Guadalquivir, y los asistentes al acto lo acompañan cantando la Salve.

Entran, se despiden de su gente, pero este año vamos a tener la oportunidad de volver a ver a la Santísima Virgen de las Angustias por la tarde, por la luz de las velas de los faroles del paso. Nuestra Señora de la Esperanza se despide de las calles de la vieja Emérita Augusta. Terminó la

estación de penitencia. Tendremos que esperar a la Semana Santa del 2024, para que las Angustias y la Esperanza de una madre, vuelvan a ir conjunta por las calles de Mérida.

Pero ellas te esperan en la Basílica de Santa Eulalia.

Galería de Imágenes y Vídeos: José Luís Moreno Palmerín y Paco Rosco Rosco.

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