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La Santa Cruz cobra vida en La Antigua

La tradición de la Cruz de Mayo vuelve a Mérida y lo hace a lo grande de la mano de la Franciscana Hermandad de la Vera Cruz y en una barriada que se viste de gala cuando, por sus calles, pasea su Hermandad.

Seguir a la “Cruz bendita”, como decían nuestros abuelos, por la barriada de La Antigua, supone al mismo tiempo la oportunidad de poder apreciar su Museo del Muralismo que embellece cada una de las fachadas de este bello barrio emeritense.

A los sones de la Agrupación Musical de Villagonzalo el pequeño paso del San Juan de los Ferroviarios, buen gesto de hermandad entre Cofradias, la floreada Cruz de Mayo ha recorrido las calles portada por jóvenes costaleros y costaleras y es que, como no nos cansaremos de decir nunca, en la juventud está el futuro, no tan lejano, de nuestras hermandades.

Una cruz florida, símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte, símbolo de que el árbol de la Cruz fue, sin duda, orígen de la vida cristiana y símbolo, igualmente, de la eclosión de la primavera que, en nuestro caso, mostraba lo mejor que nos pueden ofrecer los campos extremeños.

Una procesión que ha estado arropada en todo momento por numeroso público, fundamentalmente joven, que ha despertado la curiosidad de propios y extraños. A buen seguro, en unos años, este sábado de mayo, será una jornada importante en esta barriada que, con su Cofradía, se esfuerza en recuperar tradiciones, que éstas queden el en olvido y mantenerlas para que, cada año, cobren vida. Tradiciones que pasan de padres a hijos, de abuelos a nietos.
Sin duda un buen recomienzo que ha cobrado vida, de manos de la Hermandad de la Vera Cruz, en la barriada de La Antigua.

Galería de Imágenes y Vídeos: Manuel Molina Bolaños.

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