La Misericordia se reparte por toda la ciudad
Crónica del Miércoles Santo 2022. Tres Caídas
Redacción: Paco Vadillo Solís
Fotografías: Paco Rosco Rosco y María Bermejo Casablanca
¿Quién decía que un palio llevado a hombros no podría cruzar el Puente Romano? Pues lo han conseguido, y con creces.
Nueva Ciudad estaba ansiosa. Por fin, tras dos años se ponía en la calle el trabajo intenso de Hermandad realizado en silencio tras el dintel de la parroquia de Nuestra Señora de Los Milagros. La expectación crecía en el entorno de su iglesia.
Nadie quería perderse el regreso de sus titulares por las calles de la ciudad, con un sol radiante, que sin duda, favorece las estampas que nos regala la cofradía cada Miércoles Santo. La avenida Antonio Campos Hoyos estaba abarrotada. ¡Ay! Si Antonio viera lo que ha evolucionado y trabajado su hermandad y sus chavales. No cabría de gozo.
Una cofradía que sirve de nexo de unión para la ciudad. Une las dos orillas del puente con elegancia. Y así lo volvieron a demostrar una vez más. Sin prisa, pausados. Con una cadencia que sólo ellos son capaces de ofrecer. Es el alma de un barrio, y la esencia del trabajo en hermandad.
La Policía Nacional, los Hermanos Honoríficos, protagonizan el primer tramo de la procesión. A caballo, escoltando los titulares y en su vara dorada que ostenta Agustín Pérez. Quien esperaba que llegara este año como nunca, la Semana Santa de las primeras veces, un déjà vu constante que te reconcilia con su barrio y su hermandad. Su trabajo como Hermano Mayor y los resultados de los esfuerzos económicos se han visto y disfrutado en la calle más que nunca.
El Santísimo Cristo de las Tres Caídas estrenaba respiraderos dorados de su parte superior. El paso es imponente, elegante. Con esa magnificencia que pasito a pasito han sabido dotar. La Agrupación Musical Nuestra Señora de la Paz fue el elemento perfecto para fusionar en la calle, desde la misma salida de la parroquia, el buen hacer de los hermanos y hermanas. Discretos, con gusto. Cada marcha estaba dotada de distinción. Serios en su desfile. Felicidades a la agrupación que llevaba en volandas al Santísimo Cristo. En un discurrir largo, tedioso, pero que solventaron con serenidad para gusto de quienes le esperaban en todo su recorrido.
Punto clave fue la llegada a la Loba Capitolina, abarrotada o la Plaza de España, que estaba ávida del regreso de Nueva Ciudad al centro de la capital extremeña. Y no defraudó. Con ese paso a hombros, que algunos buscan la reminiscencia en el tradicional paso malagueño, pero olvidan que en Mérida desde sus inicios, los hombros han sido los protagonistas de la mayoría de los pasos de la ciudad, de su esencia, de lo que nos da distinción a pesar de los cambios impuestos por las modas.
Ellos mantienen sus campanas como llamadores para que la cuadrilla avance sigilosa por cada rincón de nuestra ciudad monumental. Y es que, sin duda, es una de las hermandades, desde su origen, que más aprovecha el rico patrimonio que ofrecemos al mundo. Lo saben, son conscientes de ellos, y fusionan sus titulares con nuestra arqueología, bendita mezcla.
Los Policías Nacionales, en su mayoría emeritenses, y muchos de Nueva Ciudad, sienten con orgullo el acompañamiento de cada uno de los dos pasos.
Pero llega, con permiso y respeto de Las Tres Caídas, la protagonista de la tarde noche. Nuestra Señora de la Misericordia sale de su parroquia ‘para llegar a Mérida’, como decimos aquí cuando se cruza el puente, con una imagen totalmente renovada.
Así lo comentan en la calle. “Parece otra”, “Qué cambio”, “Qué elegancia”, “Qué buen gusto”. Se esparcen los piropos hacia ella y su nuevo paso de palio por cada esquina. Va andando con una cadencia tranquila, pesada, pero bella. Increíbles los nuevos varales, que en su base, llevan los nombres de todos y cada uno de quienes han aportado su esfuerzo económico y personal para que sean una realidad en este 2022.
Han grabado su nombre para la eternidad. ¿Quién decía que un palio llevado a hombros no podría cruzar el Puente Romano? Pues lo han conseguido, y con creces. Su caminar, más lento del habitual, ayuda a realizar un ejercicio de introspección difícil de explicar si no se vive a pie de calle, o debajo del paso.
Movimiento sutil, sinuoso que llenaba cada chicotá por la que transcurrían en la ciudad. Tras ellos la Banda Municipal de Música de Zafra. Y toda una ciudad que la miraba expectante. Era la protagonista de la noche de Miércoles Santo. Felicidades a todos sus portadores y portadoras y a la Junta de Gobierno de la Hermandad por seguir dando pasos en el engrandecimiento de nuestro Miércoles Santo.
Esta cofradía puede crecer lo que quiera. Porque ellos mismos saben que son ‘El alma de un barrio’ y ahora han dado un golpe en la mesa de calidad para seguir evolucionando hasta una estación de penitencia única, cargada de simbolismos.
Las lecturas de las Tres Caídas, las actuaciones musicales, su paso por monumentos que lo dotan de más belleza aún… Su caminar… Su regreso por un Puente Romano que aporta el plus de intimidad a sus hermanos y hermanas que necesitan antes de llegar a la algarabía de Nueva Ciudad.
El regreso es una fiesta, de madrugada, más tarde de lo previsto, pero su barrio les esperaba con las mismas ansias con las que le vieron salir a las ocho de la tarde. Celebración, lágrimas, mucho esfuerzo. Mucha alma de barrio. La Misericordia se repartió por toda la ciudad con magnificencia. Y la ciudad le devolvió en pasión todo el trabajo realizado.
Galería de Imágenes: Paco Rosco Rosco y María Bermejo Casablanca.
Vídeo: Luis Zama
Vídeo: Jonathan Florencio Baz
Vídeo: Francisco Rosco Rosco
Vídeo: Manuel Molina Bolaños
Vídeo: Manuel Molina Bolaños
Vídeo: Manuel Molina Bolaños
Vídeo: Manuel Molina Bolaños
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