Y la Cruz volvió a anunciarnos el nuevo curso cofrade. Esa Cruz tras la que caminamos los cofrades siguiendo la invitación del propio Cristo: “Toma tu Cruz, y sígueme”.

¡Y vaya si le seguimos! Esperanzados, aferrados a su Palabra, esperando encontrarnos con Él en cada esquina, en cada plaza, en cada uno de los rincones de esta bendita ciudad que se convierte en Templo cada Primavera.

Mientras le esperamos, vamos a buscarlo. La cita está grabada a fuego en el calendario y, acudimos en su búsqueda en la Humildad de San Juan donde, un año más, su barrio ha demostrado que, por encima de las adversidades, sabe ser solidario.

Y de San Juan a Nueva Ciudad, para hacerle más llevadero el peso del madero en un barrio que palpita soñando un nuevo Miércoles Santo. Los dos, Humildad y Tres Caídas, nos tienden la mano, y nosotros la buscamos.

Y buscamos el abrazo más hermoso, ahora que los hemos perdido, en el Perpetuo Socorro donde Cristo exhala el último aliento en la Vera Cruz. Y otro abrazo, el postrero, ante el Cristo de la O, en Santa María, ese Cristo que abraza a todas las Cofradías y que nos pide paciencia y prudencia porque, en los momentos más difíciles de nuestra vida, siempre estará a nuestro lado.