
Mérida se convirtió en una gran Casa Hermandad
II Congreso Semana Santa y Ciudades Patrimonio de la Humanidad
Redacción: Mario Hernández Maquirriaín
Fotografías: Manuel Molina Bolaños, Marco A. Sánchez Nova, Francisco Rosco Rosco, Ángel M. Espinosa Cuéllar y Raúl Flores Hernández.
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La ciudad de Mérida se convirtió el pasado fin de semana en la Casa de Hermandad de las 15 Ciudades Patrimonio y en epicentro devocional y espiritual desde el Patrimonio Histórico con la oración al Santísimo Cristo de la O y el elogio a la Iglesia Mártir, encarnados en la figura de Santa Eulalia, con motivo del II Congreso Nacional de Semana Santa y Ciudades Patrimonio.
El caso es que el Templo de Diana se convirtió en el pórtico de la Casa de Hermandad a la que iban llegando los cofrades de las distintas hermandades y Juntas de Cofradias que tienen en común, aparte del ser cofrade, pertenecer a una Ciudad Patrimonio, además de otros procedentes de Campillos, Cózar, Badajoz o Montijo, entre otros.
La Banda de Cornetas y Tambores de la OJE de Mérida puso sus sones mientras el publico llegaba, acompañados por miembros de la Centuria Romana, enmarcados ante las columnas.
Allí, tras las bienvenidas de rigor, la noche dio paso al flamenco cofrade gracias al grupo «Al son del cajón» y que marcaron a fuego en el corazón de los asistentes la desgarradora Saeta de Serrat que provocó los aplausos de todos y todas las presentes.
Previamente, el edificio de la Real Carnicería, sede de la Junta de Cofradías, se convertía en el Hall de entrada a la Casa Hermandad donde los visitantes pudieron contemplar la magnífica exposición «La Vera Cruz en el Mundo» que, durante el fin de semana, ha recibido centenares de visitas.
El Salón de los Pasos Perdidos de la Asamblea de Extremadura, se convirtió en el salón de la Casa Hermandad para el desarrollo de ponencias y debates en los que se habló de la importancia y la necesidad del apoyo de la administración pública a las hermandades y cofradías de la mano de la delegada de Semana Santa de Mérida, Ana Aragoneses.
Nuria Barrera, soltó por unos minutos sus pinceles para, a través de la palabra, contar a los asistentes el proceso de elaboración de una obra pictórica para anunciar una Semana Santa. Además, repasó la cartelería de las 15 ciudades, cada una con sus particularidades.
Y se habló de Nuevas Tecnologías al servicio de la Semana Santa, de las Múltiples y positivas posibilidades que tienen al servicio de las Cofradias y que, con el tiempo, serán algo habitual en el día a día de las Hermandades y Cofradías, según dijo Rubén Darío Mancera.
Categórico y contundente llegó D. Antonio Becerra para decirle a los cofrades lo que no se debe hacer. Para recordarle a los Cofrades cómo en la actualidad vemos muchos cristos sin ropa y no los vestimos, muchas madres sin techo y nosotros le ponemos el palio a nuestras vírgenes.
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El patrimonio llegó de la mano de Agustín Velázquez y Raquel Nodar. El primero explicó los procedimientos para restaurar una imagen, recomendaciones para su mantenimiento y, sobre todo, que las imágenes no pueden meterse en un furgón, sin más, y trasladarse. Por su parte, Nodar, se centró en el uso de los entornos monumentales a la hora de celebrar en ellos actos y eventos, al tiempo que recordó que, en definitiva, gracias a su mantenimiento y conservación, muchas ciudades ostentan esos títulos de interés turístico.
Por último la música con Alejandro Blanco Hernández que, como si de una clase académica se tratara, fue diseccionando, con un fino bisturí, todo lo relacionado con la música cofrade, desde el traslado de emociones, la tipología, y muchas curiosidades que nunca se tienen en cuenta en las Hermandades y Cofradias, dejando clara la importancia de la música en Semana Santa.
Tras la sesión de ponencias comenzó la parte lúdica y cultural del Congreso para, a las 11,30 de la noche, acudir a la Concatedral de Santa María a acompañar al Santísimo Cristo de la O en su camino al Anfiteatro para la «Oración desde el Espíritu Patrimonial Cofrade».
Parecía Viernes Santo, pero no lo era. La disposición de todos los elementos en el recinto era la misma, pero no era Viernes Santo. Sonaban tambores roncos, de la OJE de Mérida, y no era Viernes Santo. Era sábado y, a lo lejos, en esa hora de la noche, comenzaban a sonar las campanas anunciando que Santa Eulalia comenzaba su camino hacia el recinto monumental.
Con la entrada del Cristo, al revirar hacia la izquierda, comenzaban las diferencias con el Viernes Santo. Estana todo perfectamente medido para que, al finalizar las oraciones a los 14 Cristos de cada una de las Ciudades Patrimonio, la entrada de Santa Eulalia fuera perfecta, y buscará ubicarse frente al Cristo, en el recinto.
De repente, como si saliendo del fuego se tratase, envuelta en niebla, entró Santa Eulalia bajo su templete de Plata mientras se hacía el Elogio a la Iglesia Mártir orando por los mártires de cada una de las ciudades convocadas para finalizar con la Oración del Año Jubilar y el Himno a Santa Eulalia tras lo que ambas imágenes abandonaron el recinto para regresar a sus templos, ya de madrugada.
Sin duda, una noche histórica, sin precedentes, y que seguramente Mérida tarde en vivir. Fuimos, sin duda, enormemente afortunados. Ya por la mañana, nuestro Arzobispo D. José Rodríguez Carballo, despidió a los congresistas tras la Misa de Clausura, no sin antes visitar la cripta de Santa Eulalia.
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