Cada cosa en su sitio y Cristo en el centro de la tradición más arraigada de la Semana Santa de Mérida en la que El Barrio se convierte en túmulo y capilla, cobijo y consuelo de la Amargura de la Pasión y Muerte de Cristo.

Sol de justicia para acompañar al silencio roto por la campana que, a duelo, nos recuerda el mensaje que cada año nos lanza el Calvario: Cristo ha muerto, todo se ha cumplido.

Porque la historia se escribe así. Dios escribe recto sobre renglones torcidos, y así fue. Un nuevo Viernes Santo que volvió a pintar ese retrato costumbrista. Esa foto en sepia que muchos guardan en su retina, esa foto antigua que, guardada como oro en paño, nos recuerda a diario a la Semana Santa.

Los tiempos cambian pero las cosas siguen en su sitio. La Calle Calvario se tiñó de todos los colores habidos en la paleta del mejor pintor. Esos colores que aportan las hermandades de Mérida que, como marca la tradición (y la obligación), acuden al entierro de Cristo. Otra cosa es la oficialidad que se dará, si Dios quiere, este domingo cuando le demos sentido al sinsentido. Cuando ese Cristo Yacente recobre la vida desde la Basílica de Santa Eulalia.

Aires decimonónicos de la Santísima Virgen de los Dolores, ese palio que, cada Viernes Santo, se convierte en el cierre mariano de la Pasión y Muerte de Cristo. Pausada, con mimo y elegancia, paseó su dolor desde el Calvario, ofreciendo también estampas de otros años, sobre todo de los 70 cuando paseaba por Romero Leal y Berzocana. Todo un acierto recuperar esta estampa, ahora a todo color, en una ciudad que se abre a la Semana Santa.

Hablando de estampas recuperadas, la entrada en Santa María y, sobre todo, la salida de la Virgen de la Soledad. Estampas que conformarán una nueva historia de la Semana Santa.
Estampas que les recordarán a nuestros hijos, cuando sean mayores, que la Semana Santa de Mérida se hizo a golpe del esfuerzo de muchos, pese a la incomprensión de otros…como le pasó a Él mismo.

La vida es cíclica pero el Santo Entierro de Cristo sigue siendo estampa de Viernes Santo, estampa de calle Calvario, en definitiva, estampa de Mérida.

Galería de Imágenes: Paco Rosco Rosco.

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