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Es difícil vivirlo y más aún contarlo. Lunes Santo: Un no, pero sí.

Crónica del Lunes Santo 2021

Redacción: Celia Lafuente López

Fotografía: Manuel Molina Bolaños, Marco A. Sánchez Nova y Luis Zama Álvarez

...y de nuevo nos faltó el soberbio caminar del Cristo de las Injurias y el elegante paseo del Medinaceli, pero sí pudimos mirarlos de cerca, observar cada detalle y casi sentir lo que ellos sienten...

No hubo prisas de la Cruz de Guía por cruzar el dintel de Santa María, pero en el interior de Concatedral hubo calma y serenidad, detalles cuidados, organización y disposición de los hermanos que volvieron a echar el resto para ofrecer lo mejor. La ciudad no se echó a la calle, no hubo aglomeraciones esperando la puesta en marcha del cortejo, pero durante toda la jornada sí hubo un goteo constante de fieles y hermanos de la Cofradía Infantil que se acercaron a venerar a sus titulares, de nuevo con el buen hacer de la familia que forma esta cofradía custodiando el acceso para respetar las normas sanitarias.

El empedrado de la Plaza de España no se tiñó de rojo con el mosaico que forman las capas de los infantiles, y no sonaron cornetas y tambores para anunciar que Nuestra Señora del Rosario ya estaba en la calle, pero sí se dibujaron sonrisas y abrazos. Sí se pintó un lazo rojo, con el color rojo infantil, que unió -más si cabe- a los hermanos de esta cofradía. No hubo racheo en los pies de los portadores, ni cubrerostro ni aplausos. No escuchamos el desgarrador gemido tras una levantá de los costaleros, pero sí hubo lágrimas, hasta del cielo. Sonó la palabra, sonó la oración y también hubo sones cofrades en el interior templo gracias al violín de Alejandro.

Tampoco vimos esa estampa íntima y sobrecogedora de la Hermandad entre los muros del convento de las “Encerradas” y de nuevo nos faltó el soberbio caminar del Cristo de las Injurias y el elegante paseo del Medinaceli, pero sí pudimos mirarlos de cerca, observar cada detalle y casi sentir lo que ellos sienten. No vimos a la luna traspasar el palio y hacer destellos entre los rosarios de plata, ni pudimos disfrutar del discurrir de la Hermandad por el Templo de Diana, pero sí pudimos dirigirnos a las tres imágenes de una forma íntima y paciente, un rato de liturgia en torno a lo esencial de todo esto. La mirada del Cristo no pudo observar el cielo, pero hace tiempo que nosotros lo hacemos por él y también cargamos con su cruz.

Faltaron personas, tradiciones, imágenes, sonido…faltaron muchas cosas, pero quien quiso más solo podía soñar y dejarse llevar en este Lunes Santo, el día de los infantiles.

Acción de Gracias; por Mario Hernández Maquirriaín

Galería de Imágenes: Manuel Molina Bolaños, Marco A. Sánchez Nova y Luis Zama Álvarez.

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