Semana Santa de Oración y Recogimiento;

a la vista, una semana de sentimiento oculto

hacia nuestros pasos e imágenes de culto,

que están presentes en nuestro pensamiento.

Llega la tarde del Miércoles Santo, de Jesús, el Nazareno;

tu mirada fija de dolor puesta en tus costaleros

y tu pelo ondeado por el viento en los senderos,

nazarenos y penitentes custodian a Jesús, el Nazareno.

Esa Madre dolorosa que va detrás de su hijo,

riega con lágrimas de amargura el camino,

siguiendo la cruz que marca su destino;

llora de dolor con cada paso que da su hijo.

Noche del Jueves Santo, del Cristo de los Remedios;

con su mirada apagada y su cuerpo agotado,

sobre la Cruz del tormento yace su torso derrotado;

su madre suspira, sin consuelo. Llantos sin remedios.

Mañana viva del Domingo, de Jesús Resucitado;

has vencido a la muerte, has vencido a la Cruz,

por el camino de Emaús nos has mostrado la luz.

Somos tus testigos, has resucitado, nos has salvado.

Alfonso Fernández Obispo.

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