El abrazo de la esperanza
Crónica de la mañana del viernes santo. cofradía ferroviaria 2020. #SSMerida2020Virtual
10 de abril de 2020
Redacción: lolo lópez
Imágenes: antonio moreno barriga, José manuel romero cerrato (Mané), Manuel Molina Bolaños, Y Francisco Rosco Rosco.
EL ABRAZO DE LA ESPERANZA.
El Viernes Santo siempre tiene olor a despedida. Se acerca el final de una semana de pasión que este año ha sido diferente. Desde Santa Eulalia Los Ferroviarios ultimarían a primera hora de la mañana los retoques de las imágenes de la Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza para pasearlas y lucirlas por Mérida.
La Cruz de Guía de la cofradía encabezaría una procesión matutina que con la nostalgia y la tristeza del Viernes Santo recorrería el centro de la ciudad, donde las familias salen a la calle para vivir un día especial que comenzaría desde bien temprano y que terminaría en la madrugada.
Y es que es digna de ver la Angustia con la que una madre le da un último abrazo al cuerpo inerte de su hijo tras bajarlo de la cruz, arrimándolo a su pecho, con lágrimas en los ojos, con ese sentimiento que solo una madre puede entender.
Y aunque digan que la esperanza es lo último que se pierde, hay momentos duros en los que parece que todo se desmorona. Pero no. Nuestra Señora de la Esperanza con su precioso color verde y su forma de caminar siempre nos indica que hay que seguir peleando y que hasta en ese triste y desolado abrazo hay un rayo de esperanza al que amarrarse que tendrá su sentido en la resurrección en los siguientes días.
Pero aunque este año nos hayamos quedado sin una de las estampas más bonitas de la Semana Santa de Mérida, con Nuestra Señora de la Esperanza, a plena luz del día, pasando bajo el Arco de Trajano, en nuestros recuerdos están muy presentes años anteriores donde acompañado de los sones de las bandas de música sus costaleros la mecen y hacen de este momento uno de los más especiales de la semana de pasión en la capital extremeña.
Llegadas las 14:00 horas, la Cruz de Guía ya estaría a las puertas de Santa Eulalia, donde posteriormente haría su entrada la Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza, pasando frente a la patrona de la ciudad, Santa Eulalia, a la que despedirían un año más y brindarían su estación de penitencia y junto a la que estarán, muy cerca, un año más, esperando otros 365 días para volver a salir, pero esa vez será de verdad, y posiblemente más bonita que ningún año, inundando la monumental ciudad de Mérida de pasión, muerte y resurrección.
Imágenes en la Memoria: