Los Ferroviarios pudieron desquitarse, en la tarde del Jueves Santo, de la espinita por no haber podido realizar su Estación de Penitencia la pasada Semana Santa. Y lo hicieron con una puntualidad británica, estrenando su salida por la calle Carderos y, como no, teniendo de fondo la estación de Renfe, hecho que se convirtió, sin duda, en una estampa histórica de la Semana Santa.

Y lo es porque esta Cofradía se fundó porque Mérida fue un núcleo importante de trabajadores de RENFE dada la importancia de la estación emeritense. También influyó el hecho de que estos trabajadores, debido a sus desplazamientos por toda España y, fundamentalmente con Andalucía, se vieron atrapados por el “espíritu cofrade”.

Una tarde de alegría para los Ferroviarios pues el gran barco del Descendimiento procesionaba prácticamente al completo en lo que respecta al número de portadores y portadoras pero, sobre todo, por poder poner en la calle la maravillosa restauración a la que han sido sometidas las imágenes y que lucían en todo su esplendor.

El Descendimiento es uno de los pasos más queridos de nuestra Semana Santa, sobre todo por su majestuosidad pero, en este Jueves Santo, los Ferroviarios han conseguido que Nuestra Señora del Amor Hermoso ganara protagonismo en el paso, con un pequeño giro para que pudiera contemplarse en toda su plenitud ganando, además, con su traje de riguroso luto.