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Cristo Rey y Ermita del Calvario

Parroquia de Cristo Rey (Calvario).

Cl. Capitán Francisco de Almaraz. Mérida.

Sede Canónica de la Hermandad del Stmo. Cristo del Calvario.

El día 5 de agosto de 1964, el obispo don José María Alcaraz y Alenda firmaba el decreto de erección canónica de la Parroquia de Cristo Rey de Mérida, conocida popularmente como “El Calvario”, por su vinculación, desde los orígenes, a la Ermita del Calvario y a la Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario.

Pero no sería hasta un año más tarde –6 de octubre de 1965- cuando esta comunidad parroquial comenzaría su andadura con su primer párroco, Don Guillermo Soto Burgos. El y a todos los sacerdotes, laicos y consagrados que han pasado por esta parroquia, comenzaron el proyecto de erección de una nueva parroquia al ser imposible su construcción en la Ermita del Calvario por la aparición de restos arqueológicos.

Comenzaron todo tipo de campañas para recaudar fondos iniciando la construcción de la misma, en la Calle Capitán Francisco Almaraz, en el año 1972 finalizando las obras en 1978. En la iglesia, se encuentran al culto las imágenes de la Cofradía del Calvario, a excepción de la Virgen de la Amargura y está presidida por el Santísimo Cristo del Calvario Crucificado.

En el coro se puede observar el antiguo resucitado que procesionaba la Cofradía del Nazareno y que está cedido al culto en esta parroquia. La Iglesia cuenta con una nave central y dos laterales, con una capilla para el Sagrario.

Ermita del Calvario.

Cl. Calvario, 69. Mérida.

La ermita del Calvario está situada en la parte alta de la calle Calvario, o antigua calle de las Cruces, junto al Castellum Aquae, estructura de hormigón romano y sillares que probablemente fuera la torre desde la que se distribuyeran, por toda la zona norte de Augusta Emerita, las aguas procedentes de la conducción hidráulica de Proserpina.

Por su planta en U y por los restos de mármol, es posible que esta torre contara con una fuente monumental o un ninfeo. Su presencia dignificaría y sacralizaría el lugar, lindero al cardo máximo. La ermita se destruyó para hacer unas viviendas, pero al encontrarse con restos arqueológicos se decidió conservarlos, como se puede apreciar en la actualidad

Es posible que la antigua ermita del Calvario se edificara a principios del siglo XVIII cuando se piden los permisos correspondientes para realizar las obras y se concede por parte del ayuntamiento.

En 1714 se acuerda por el ayuntamiento contribuir con ciento cincuenta reales de vellón, los mismos que se libran de ayuda de costa, para las obras del Santísimo Cristo del Calvario, de su ermita. En el año 1718 se vuelve a comprometer el ayuntamiento con la obra «capilla del Santísimo Cristo de esta advocación (Calvario), sita en la ermita de la santísima Trinidad deseando su conclusión y que esta Santa imagen esté en la decencia que corresponde…(y que) con la brevedad posible se finalice a expensas de la ciudad por quien se suministrará la cantidad que faltara».

Las puertas de la ermita del Calvario se cogieron de las ruinas de la de San Albín, en 1779, se construyó este templo como acción de gracias al Cristo del Calvario. La decadencia de le ermita de la Trinidad tuvo lugar posiblemente por haberse adosado un cementerio, siendo el mayor apogeo de la ermita del Calvario y la desaparición de la ermita de la Trinidad.

A principios de la década de los años cuarenta se adecenta la ermita que se encontraba en estado deplorable por los bombardeos de la guerra civil. Era una ermita muy querida en la ciudad desapareciendo a principios de los 70 del pasado siglo para aprovechar un terreno para hacer viviendas.

Esta demolición fue solicitada en 1969 por el vicario general, Aquilino Camacho Macías, que había estado varios años como coadjutor en la parroquia de Santa María la Mayor, pero,  al derribarse la ermita, se encontraron los restos del depósito de agua y fue la causa de no poderse construir las viviendas.

La Ermita del Calvario estuvo realizando su labor religiosa 255 años con la devoción al Santísimo Cristo del Calvario. No obstante, a pesar de no haberse construido las viviendas, y paralizarse las obras, la Hermandad seguía procesionando, cada Viernes Santo, la procesión del Santo Entierro.

En la actualidad, ha recuperado parte de su esplendor, una de las naves laterales de la misma se utiliza para que la Cofradía realice su Estación de Penitencia durante Semana Santa. Es más, desde 1985, se encuentra entronizada, en una pequeña capilla con vistas a la calle, la Santísima Virgen de la Amargura y, desde 1982, realiza todas sus Estaciones de Penitencia desde esta ermita, totalmente integrada en un espacio monumental de gran valor histórico y sentimental para la ciudad.