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La receta perfecta para cerrar la Semana Santa

Emoción, sonrisas, nervios, inocencia, recuerdos, nostalgia, y agradecimiento, mucho agradecimiento en la noche en la que se homenajea a las personas anónimas que hacen posible la Semana Santa de Mérida.

El Centro Cultural de Nueva Ciudad se ha convertido en el escenario perfecto para el epílogo festivo de la Semana Santa con la entrega de los Premios Cofrades que, desde hace 10 años, organiza la Cadena Cope en colaboración con el Ayuntamiento de Mérida.

Sentimientos a flor de piel en el ambiente, la Semana Santa había dejado a los cofrades con ganas de más. Así, cuando la cuenta atrás de las pantallas daba paso al video-resumen de una semana incompleta a los sones de “Madrugá Macarena”, se hizo el silencio. Ese silencio que se percibe en las miradas atentas de quienes buscan ese recuerdo de todo lo que ocurrió hace apenas dos semanas.

La periodistas Celia Lafuente, incombustible en la Semana Santa, fue la maestra de ceremonias de una gala que presentaba todos los ingredientes para convertirse en una noche inolvidable, en la receta perfecta. Y lo fue, vaya si lo fue. Don Antonio Becerra fue el encargado de homenajear a Eduardo Reyes, ese anónimo cofrade que, con la túnica negra del Cristo de la O, pone el sonido ronco a la Procesión del Vía Crucis. Emocionado, Eduardo, recogía el reconocimiento que Mérida le hace por su dedicación al acto que aglutina a todas las hermandades de Mérida en torno a la imagen, única, del Cristo de la O.

La temperatura del auditorio había comenzado a subir, en todos los sentidos, cuando quien escribe se encargó de entregar el reconocimiento al Colegio Nuestra Señora de Guadalupe, las Josefinas. En ese momento, comenzaron a subir niños y profesores  al escenario para, entre todos, recibir el cálido aplauso de un  auditorio que ya estaba entregado a la gala. Un Colegio que ha convertido en una asignatura más la Semana Santa de Mérida y cuyos niños, algunos con las medallas de sus respectivas hermandades, recibieron con orgullo un premio más que merecido gracias a la labor de su directora Lali Velázquez, y del claustro de profesores.

Avanzaba la noche y el presidente de la Junta de Cofradías, Luis Miguel González Pérez, subía al escenario para homenajear a ese grupo de personas que, durante más de 20 horas de trabajo se encargan de que toda la escenografía del Vía Crucis en el Anfiteatro Romano esté a punto. El Grupo de Trabajo del Vía Crucis recogía su premio al esfuerzo y la constancia. José Antonio Calvo, agradecido, destacó ese trabajo y recordó a los que ya no están entre ellos pero que observan desde el balcón del cielo, cada Viernes Santo, esa gran cruz luminosa, “la cruz que ilumina al mundo” que dijera el pregonero. Palabras emocionadas recordando a Pablo Barroso, el pequeño que disfrutaba tanto del montaje del Vía Crucis y de la Semana Santa. Su hermana Matilde, emocionada, elevaba la mirada al cielo… emoción en estado puro.

Sara Cabezas, miembro del grupo, recordó a su padre, Jesús Cabezas, premiado en ediciones anteriores… la temperatura estaba ya al máximo nivel cuando el director del Consorcio de la Ciudad Monumental subió al escenario para entregar el premio a la saetera emeritense Petri Llano que, emocionada, se dirigió a los presentes manifestando de manera humilde que no iba a aceptar el premio, pues no se consideraba merecedora del mismo, aunque pensé “que si alguien ha pensado en mí para otorgármelo, no puedo decepcionarle”.

Llano explicó los motivos que le llevaron a dejar de cantar saetas y, de manera sorprendente, rompió su silencio interpretando una saeta que se clavó en los corazones de las más de 200 personas que llenaban el auditorio, convirtiéndose en el gran momento de la noche, y que finalizó con una larga ovación. Celia Lafuente, ya fuera de guion (pues no estaba prevista la actuación) abogó por que la Semana Santa de Mérida recuperara su voz en las Estaciones de Penitencia.

Actuación Petri Llano (Vídeo: Francisco Rosco Rosco):

De repente  apareció sobre el escenario, presidido por la Cruz de Guía y faroles de la Cofradía de las Tres Caídas, el pianista Samuel Cortés interpretando  “Mi Amargura” para dar paso al delegado de la Semana Santa, Pedro Blas Vadillo, que homenajeó a la Joven Orquesta Ciudad de Mérida recordando la importancia de la música en la Semana Santa y, a modo de despedida (no se presenta a la reelección) agradeció el trabajo de las Hermandades y el exquisito trato que le han brindado estos cuatro años. Pilar Vizcaíno subió al escenario acompañada de Jorge Caballero y recordó que, a pesar de la corta trayectoria de la JOCME, es un reconocimiento que les llenaba de estímulos para seguir trabajando por la música.

Vizcaíno señaló al joven pianista y lo mostró como uno de los grandes potenciales, junto a otros, que tiene la música en la ciudad de Mérida “y que no se deben perder”.

El director regional de Cope Extremadura, José Enrique Pardo, fue el encargado de entregar el premio al equipo de la web www.semanasantademerida.org , recordando la importancia de la inmediatez en la información y del número de visitas, de todo el mundo, que ha llegado a obtener dicha página. Rubén Mancera, en nombre del equipo, recordó el periplo de cinco años por el que ha pasado está página web  que se ha convertido en una herramienta imprescindible para conocer la Semana Santa de Mérida, al tiempo que llamó al escenario al equipo de redactores y fotógrafos que hacen posible la información cofrade a pie de calle.

Por último llegó el turno al reconocimiento al esfuerzo de los costaleros del Santísimo Cristo dela Vera Cruz y de María Santísima de Nazaret. El alcalde, Antonio Rodríguez Osuna, portador de Nuestra Señora de la Misericordia, alabó y destacó el esfuerzo de los hombres y mujeres que, debajo de un paso, realizan las Estaciones de Penitencia. En este caso, los costaleros de la Hermanad de la Vera Cruz, tuvieron que regresar desde la Puerta de la Villa hasta su barriada en un tiempo récord, bajo un fuerte aguacero.

En nombre de las cuadrillas hablaron dos costaleros que, emocionados, agradecieron el reconocimiento extendiéndolo a todas las cuadrillas de la ciudad de Mérida, mientras su Hermano Mayor, Francisco Salguero, abogó por la búsqueda del Interés Religioso de la Semana Santa.

Llegaba el final de la noche de las emociones, Antonio Becerra volvía a subir al escenario para recordar a los cofrades huir de individualismos, “dejar de pensar en ‘mi cofradía’ para pensar en la única Semana Santa”, al tiempo que destacó lo importante que es la unión que el Cristo de la O hace sobre todos los cofrades.

Como colofón al acto, una bailarina de la Escuela de Danza Isadora bailó sobre el escenario la marcha Amarguras, de Font de Anta, realizando así, desde Mérida, un homenaje al centenario de dicha composición, un regalo para el patrimonio musical de la Semana Santa.

Las fotos de familia, los abrazos y las felicitaciones pusieron el cierre a una noche mágica que se ha convertido ya en una tradicional forma de despedir la Semana Santa de Mérida, con sus sonidos, sus aromas y, sobre todo, sus sentimientos.

Galería Fotográfica (Antonio Moreno Barriga y Francisco Rosco Rosco):

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